“Debemos preguntarnos por qué y para qué somos periodistas”, dijo alguna vez Carlos Abrevaya, uno de los grandes de la generación de Jorge Guinzburg, Adolfo Castello y otros artistas-periodistas que lograron una conjunción que no es sencilla, al menos para quienes no quieren caer en el mal gusto o en las obviedades: El periodismo y el humor. Entre las maravillas que se han publicado, encontramos un artículo de 1985 que rescata las palabras de Abrevaya acerca de la ética periodística. Luego de un análisis que hizo con toda la gracia que lo caracterizaba, terminó con una suerte de máximas que, con todo el tiempo que ha pasado, siguen vigentes. De regalo, un video de La Noticia Rebelde con Carlos Salvador Bilardo.
Las cosas que propongo para la búsqueda de la verdad:
-Asumir que somos seres humanos y que la verdad absoluta, esa verdad ideal, no podrá ser recibida con plenitud objetiva.
-Advertir a los que nos escuchan que no somos la voz de Dios, ni siquiera Frank Sinatra.
-Intentar buscar la verdad en nosotros mismos. Iniciar esa primera búsqueda, asumir nuestra subjetividad, comprenderla. Ver de qué manera producimos nuestras propias y personales distorsiones a lo que recibimos.
-Preguntarnos por qué y para qué somos periodistas y, ya que estamos, para qué creemos que sirve el periodismo, qué sentido tiene.
-Sabidas estas verdades, tratar de no ocultarlas, no desinformar sobre nosotros a los que reciben nuestros mensajes. (Acá hay que vencer un miedo, pero sabido es que el miedo no ayuda a la búsqueda de la verdad). Es mejor, en este sentido, una nota firmada que una sin firma. Es más verdadera una opinión parcial que una cifra engañosa.
-En los medios estamos opinando todo el tiempo. Sería más honesto, más verdadero admitirlo y aclararlo. Es más verdadero un periodista que admite su parcialidad a un periodista que se cree y se presenta como imparcial.
-Adoptar una actitud dinámica creativa que implica una cierta movilización, una mecánica del correrse para mirar desde otro lado, pero advirtiendo que siempre queda un margen, un porcentaje abierto, por lo cual realizaremos una síntesis subjetiva.
-Tratar de asumir una actitud científica. Al contrario de lo que se cree vulgarmente, los científicos son más cuidadosos en sus afirmaciones. Vivimos tiempos de un pseudo-cientificismo fascicular plagado de afirmaciones sin duda. Vale tomar conciencia de este contexto cultural social. Incorporar una actitud refutacionista, podría ser recomendable. Búsqueda de la mentira. Tomar conciencia del alto grado de relatividad de casi todo, también. Lo digo como una tendencia. Como una intención. Es muy difícil hacer un estudio científico cada vez que uno debe cubrir una nota.
-Un dato menor, la hora, por ejemplo, es una información relativa. ¿Cuál es la hora verdadera? Es un dato significativo. Puede ser irrelevante. La hora de la verdad está en el portador del reloj y no en la máquina. La hora señalada está en la persona que la señala. La hora, referí, es una cuestión de angustia, ambición y ansiedad de justicia. (…)
4 comentarios:
Creo que en todas las escuelas y facultades de periodismo, en todas las redacciones debería leerse este manifiesto antes de comenzar la jornada. Gracias por rescatarlo.
Disfruten el viaje
Excelente código, y muy bien recordar a Carlos Abrevaya.
Saludos
Como se los extraña a tipos como Abrevaya, castello y Ginzburg!!!
Estas cosas me hacen pensar que si hay un Dios y que es tan egoista que nos priva de seguir disfrutando de tipos como estos...
Wal
Muy bien por recordar a Carlos Abrevaya.
Fue un grande de verdad y es tenido en cuenta muy poco.
Habria que estudiar sus textos masivamente.
Publicar un comentario