A mediados de noviembre pasado, las autoridades del diario Clarín comunicaron a los editores y a otros periodistas que se preparaban para una reforma del medio con el fin de integrar las redacciones online y en papel, pero que era parte de una reforma que se aplicaría a toda la empresa. A partir de allí, la Comisión Interna -una gran conquista gremial porque hasta 2012 no habían permitido su existencia- se reunió con los directivos, quienes aseguraron que no se trataba de un ajuste ni de despidos. Sin embargo, off the record, reconocieron que habría que olvidarse de "estatutos" en obvia referencia al Estatuto del Periodista.
La Comisión Interna hizo varios reclamos e inclusive llegó a entregar listados de periodistas precarizados cuyo trabajo no sólo debería mantenerse sino que también debería regularizarse. El problema es que sólo quedaron incluidos aquellos trabajadores que van al diario habitualmente.
En su Asamblea más reciente, los trabajadores del diario expresaron su repudio ante ciertas actitudes de la empresa, que no responde a sus reclamos y ni siquiera aplica en su totalidad lo acordado en paritarias. También mencionaron las maniobras de la empresa con los colaboradores y en una última línea incluyen a los "eventuales", que son los periodistas que no concurren diariamente a la empresa:
(...) Por otro lado, reclamamos que la empresa deje de jugar con el salario de decenas de trabajadores contratados de modo completamente ilegal. Ellos se presentan a trabajar todos los días, tienen una línea telefónica y hasta un e-mail con su nombre, pero no son considerados empleados efectivos; se les exigen facturas y que estén inscriptos como monotributistas. Reclamamos una solución de fondo a esta precarización, a la vez que decimos que Clarín-AGEA no puede maltratar más a este grupo de trabajadores depositando su salario a mitad de mes o hasta con varias semanas de retraso. Retraso que también se ha extendido a los colaboradores eventuales. (...)
Ante las consultas que los colaboradores afectados hicieron con sus editores, recibieron respuestas tales como "te aconsejo que no gastes a cuenta", "mejor que no dependas de colaboraciones", "no tengo idea, esperemos que fulano vuelva de vacaciones", etc. Se trata de colaboradores que en muchos casos tienen seis o siete años de trabajo en la empresa, facturando mes a mes. Entre ellos hay colaboradores que escriben y/o editan secciones enteras o notas de secciones mes a mes.
Algunos que conocen el paño aseguran -o expresan su deseo, vaya uno a saber- de que sólo se trata de un desaguisado armado por Ricardo Roa, quien queda a cargo de la redacción durante enero. Mientras tanto, decenas de familias quedan a la expectativa de lo que sucederá. Y la pregunta que surge naturalmente es: ¿Quiénes seguirán en la lista? Mejor no quedarse dormidos.
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