
Algunos suponen que se trata de una rutina antigua que ya no tiene sentido porque las redes sociales ofrecen información en tiempo real y desde el lugar del hecho. Es cierto que las redes sociales tienen un valor simbólico relevante porque ofrecen videos e imágenes desde el lugar de los hechos, pero no dejan de ser fuentes a las que hay que verificar. Publicar un tuit (o tweet) sin proceder previamente a comprobar que la fuente es valedera y chequear la información con otras fuentes es simplemente difundir un rumor.
En la Argentina se conocen casos de periodistas que recibieron un documento -una fuente escrita- publicaron en algún diario una supuesta investigación que consistía en ir dosificando la publicación de la glosa que hacían sobre el documento y finalmente publicar un libro con la supuesta investigación.
Para los interesados, vale la pena leer algo de la edición 2014 del libro de Estilo del diario El País de Madrid, publicado por la editorial Aguilar. No es palabra santa, pero coincide con los manuales de Estilo o de Ética de todo el mundo.
LAS FUENTES
1.5. Las informaciones de que dispone un periodista sólo pueden ser obtenidas por tres vías: su presencia en el lugar de los hechos, la narración por una tercera persona o el manejo de un documento. El lector tiene derecho a conocer cuál de las tres posibilidades se corresponde con la noticia que está leyendo. Para ello, se citará siempre una fuente cuando el periodista no haya estado presente en la acción que transmite. Si la información procede de una sola persona, se hablará de "fuente" en singular.