Frases de cabecera

-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.

enero 05, 2009

Aquel debate sobre ética periodística en Kau Media


Hace un par de años -el 1º de enero de 2007- Kau Media, el blog de César Dergarabedian, abrió un debate sobre los viajes de los periodistas, quiénes los pagan y si es ético aceptar invitaciones. Se me ocurrió releer mi intervención y decidí publicarla en mi blog, tarde, pero seguro. Lo que sugiero es entrar en Kau Media para leer todo, no sólo nuestro debate sino unos cuantos otros temas que deberían ser centrales en las discusiones sobre medios de comunicación y periodistas.

A propósito de las inteligentes opiniones de Gobbi -levantado de su blog- y de Quique Garabeytián, quiero recordar algunos tópicos que pueden servir para la discusión. Voy a ser tremendamente aburrido y la mayoría se va a dormir antes de llegar al final, si es que alguno llega. Pero me doy el gusto de compartirlos y creo que vale la pena:

-En todo el mundo se discute sobre ética periodística y así ocurría décadas atrás en la Argentina. Hoy no se debate y hasta me atrevo a decir que es un tema tabú.
-En los códigos deontológicos de la profesión periodística de todo el mundo hay una mención explícita a tres problemas importantes para el tema: Los regalos, los viajes y las comidas. Todos consideran una violación de las normas éticas aceptar viajes, aceptar regalos que superen cierto monto y aceptar invitaciones a comer.

-Los códigos aclaran que los regalos incluyen a los productos sorteados. Un redactor del Washington Post o del New York Times no puede participar de sorteos. Personalmente, he visto a una redactora del Washington Post rechazar una computadora que Intel le había asignado luego de un sorteo que se había hecho con el número de su entrada a un salón.

-Queda claro que las empresas periodísticas deben pagar los viajes, las comidas y los alojamientos de sus periodistas.

-Las instituciones oficiales conocen y respetan esos códigos. En el caso de los Estados Unidos, el periodista que sigue al Presidente de la Nación viaja en un avión oficial -algo así como nuestros Tango I, II, II y IV-, pero previamente la empresa periodística tiene que depositar en una cuenta bancaria el monto del pasaje.

-El objetivo de los códigos deontológicos es detallar algunas circunstancias en las cuales el profesional -médico, abogado, ingeniero o periodista- puede dudar respecto del "qué hacer". El objetivo es que pueda cumplir con su tarea de manera independiente, para cumplir el fin de la actividad, que es acercarse todo lo posible a la verdad, sin compromiso alguno con las fuentes y con los protagonistas de la noticia.

-Cuando hay colegiación de los profesionales -médicos, abogados, ingenieros, contadores públicos- el Estado reconoce a los códigos de ética como tales, de manera que el colegio público -formado y elegido por los propios profesionales- puede sancionar al transgresor, generalmente mediante la suspensión de la matrícula, que le impide el ejercicio de su profesión durante un tiempo determinado.

-En el caso del periodismo son pocos los países del mundo en los cuales hay colegiación, pero las empresas periodísticas toman la iniciativa porque no quieren que los salarios que pagan se conviertan en un adorno para encubrir otros negocios. Quieren empleados fieles y saben que los periodistas que reciben regalos, viajes, lunchs y cosas por el estilo, siempre están sujetos a otras presiones.

Respecto de la Argentina, mis reflexiones:
-Hasta hace algunas décadas, diarios como La Nación y Clarín o revistas como El Periodista y hasta Noticias, aún sin manuales de ética, pagaban viáticos a sus periodistas, para que no tuvieran que recibir dádivas de nadie. El periodista se juntaba a almorzar con una fuente -político, periodista, futbolista o empresario- y no aceptaba invitaciones. El pagaba su comida y luego llevaba el vale a la empresa, que le devolvía el dinero. Con los primeros ajustes drásticos, desde fines de los 90, esa costumbre fue cambiando. Hoy son pocos los periodistas que viajan con dinero del diario. La apelación de los editores, hoy tan común, hubiera sido un sacrilegio 20 años atrás: "¿Te invitaron?¿Te van a pagar todo? Porque mirá que el diario no paga viáticos"

-Los despidos, los ajustes, llevaron a la creación de miles de medios independientes. Basta con pedir una lista a la UTPBA para saber que hoy cerca de un 80 por ciento de los periodistas no son empleados de empresas periodísticas sino microemprendedores. Esas microempresas carecen de fondos para cualquier actividad y terminan pidiendo -y perdiendo la dignidad- viajes y comidas a las fuentes. No tienen otra opción.

-Las empresas periodísticas de medios electrónicos (radio-TV) dejaron de lado las producciones propias para imponer las co-producciones. Falso nombre que encubre la producción tercerizada. El periodista sale a buscar publicidad, hace acuerdos, paga altas sumas de dinero y tiene su espacio.

-La primera consecuencia del nuevo sistema es que los periodistas van cambiando sus costumbres, perdiendo o negociando sus principios o, como ocurrió en la mayoría de los casos, dejando su lugar a personajes mediáticos provenientes de otras actividades, interesados en aprovechar el poder de influencia de los medios: Políticos, empresarios, lobbistas de las empresas, vendedores de publicidad, modelos desgastadas por los años, personajes de la farándula. Todos son periodistas, ejercen como periodistas e imponen sus propios códigos deontológicos, que son, en realidad, los no-códigos.

-Del lado de los periodistas: Esta entrada en la profesión de neo-empresarios, tipos que venían de actividades comerciales y empresarias y que aprovechaban el poder de los medios, terminó dejando afuera a los periodistas e impuso una nueva norma a la profesión: Antes el principal objetivo era develar la verdad, o construirla a partir de la aplicación de las rutinas periodísticas legitimadas por la sociedad. Ahora el principal fin de la actividad periodística es lograr que alguien pague un espacio y, si es posible, que aporte fondos para que el periodista pueda alcanzar objetivos propios del modelo social que se fue imponiendo paralelamente: Casas lujosas, autos lujosos, viajes lujosos.

-Esta ofensiva de la ética de los negocios (la no-ética) en la profsión periodística, fue llevando a muchos colegas serios a rendirse frente a las presiones. Periodistas que venden publicidad -algunos lo dicen orgullosamente- periodistas que se enojan si no se les hace un regalo, periodistas que se quejan porque no se los "invita" a un viaje, periodistas que cobran por vender un producto.

-Por otra parte, hay un fenómeno que también forma parte del modelo: La omnipotencia. Aquellos que son periodistas y que se ven obligados -o deciden voluntariamente olvidar algunas normas- y comienzan a aceptar regalos costosos, sorteos, viajes y otros beneficios, utilizan la muy argentina expresión: "A mi no me va a pasar". Las analogías no son muy exactas, pero algunas veces sirven para ilustrar: El señor que corre con su auto a 220 kilómetros por hora, supone que él es un volante único y que a él, "no le va a pasar". Mueren 30 personas al día en la Argentina, la mayoría de ellos por circular a alta velocidad, pero a cada uno de los que vuelan por las calles y rutas con sus autos, "nunca les va a pasar. Los que chocan son tontos o incapaces". El periodista omnipotente -muchos son sinceros y sufren de omnipotencia, otros son hipócritas- asegura que puede recibir todo tipo de beneficios de parte de sus fuentes, porque "a la hora de escribir, nada me importa". Para muestra, basta un botón: Un "periodista" hablaba de lo maravillosa que era Lapa, su responsabilidad, su capacidad para emprender y renovarse. Claro, lo decía en su programa de TV por cable, desde Atlanta, hacia donde había llegado en un vuelo de Lapa. Mientras se emitía el programa, en Aeroparque se contabilizaban los muertos por el accidente que un avión de Lapa había sufrido en la pista. No crean que el periodista en cuestión sufrió algún escarnio, que alguien se rió de él, que perdió prestigio. Sigue haciendo mucho dinero con su "periodismo". Es un caso extremo, pero entre la neutralidad y dicho caso hay miles de grises.

-Finalmente: La estrategia para bloquear la discusión suele basarse en tres argumentos, con los cuales los silogistas se harían una panzada: "Claro, vos hablás de ética, pero una vez me acuerdo que recibiste un reloj de regalo"; "yo no puedo hacer otra cosa, vení vos a darle de comer a mi familia"; "está bien, discutamos de ética, pero antes quiero que nadie reciba más un regalo, un viaje o un almuerzo". No los voy a explicar, porque como todo silogismo, se destruye por su estructura interna.

Un abrazo afectuoso a los compañeros de lista.
Rubén Levenberg
2 de enero de 2007 7:01