Frases de cabecera

-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.

julio 22, 2010

Trabajadores atípicos

Un informe internacional sobre precarización laboral en los medios hablaba hace algunos años de los “trabajadores atípicos”. ¿Quiénes son esos “trabajadores atípicos”? Es un término comúnmente usado para describir tipos de empleo que no son permanentes y/o de tiempo completo. Incluye, aunque no excluye otras posibilidades:
-contratos de corto plazo
-trabajo subcontratado
-trabajo eventual
-trabajo temporario
-trabajo “free lance”

El “freelancer” es una subcategoría del trabajo atípico, que en la Argentina se denomina “colaborador”, en virtud de una mención que hace el Estatuto del Periodista. Es un semi-empleado que vende sus servicios y/o su trabajo a una variedad de empleadores sin ninguna relación de largo plazo con ninguno de ellos. En el estudio realizado por la Federación Internacional de Periodistas con el apoyo de la OIT, las organizaciones gremiales respondieron que alrededor del 34 por ciento de sus afiliados eran –son- trabajadores atípicos y que de ellos el 71 por ciento son “freelancer”.

Los trabajadores atípicos cobran por tiempo de trabajo, por palabra o por nota, depende de cuál sea el país. Entre los freelancer (colaboradores, para la Argentina), cerca del  70 por ciento tienden a cobrar por nota. Un aspecto interesante del informe es que en la abrumadora mayoría de los casos, el empleador es quien decide cuánto cobrará el colaborador o freelancer.

Si bien en el informe no se dice, estos trabajadores no tienen vacaciones; ni horas de descanso; no cobran si se enferman; no pueden jubilarse, por lo cual trabajan hasta que no pueden más y allí su situación miserable se agrava al máximo. Además carecen de estabilidad, no tienen asegurado que vayan a trabajar al día siguiente; usan sus propias herramientas de trabajo; pagan sus impuestos y los que debería pagar el empleador y son utilizados muy habitualmente como ejército laboral de reserva, con lo cual también son rechazados por muchos de los trabajadores estables de los medios.

Lo que tampoco dice el informe ni respondieron las organizaciones gremiales es que la situación miserable de los “colaboradores” o “freelancer” no es considerada por las entidades ni por los Estados como un problema a resolver. Son pura estadística.

julio 20, 2010

Una nota que valía la pena leer

Publicada en Clarín de hoy (martes 20/7/10)
El barrendero empieza a trabajar como abogado en el Central

20/07/10 Desde mañana, Marcelo Iriarte formará parte del área jurídica del banco.
Cuando el reloj del Banco Central marca las 12.15, Marcelo Iriarte mira la bandera enrollada por la lluvia y agradece al cielo. El hombre que trabajó como barrendero de la empresa Cliba durante seis años, colgó el traje fluo la semana pasada. A partir de mañana será parte del área jurídica del Banco Central, una propuesta que eligió entre 12 ofertas. Ahora es abogado, permite que le digan Doctor, y convence: “Estudiar te da la libertad de pensar, de elegir y te crecen las alas. Ahora es mi momento de volar ”.
Iriarte tiene 41 años y vive en Isidro Casanova. Pudo terminar el primario, pero los estudios secundarios quedaron truncos: debió salir a trabajar para ayudar a su mamá y a sus hermanos . Vendió caramelos, escobas y diarios sobre la Ruta 3, y también en los colectivos 96 y 378. Hasta fue chofer de la línea 126, donde conoció a Laura, la pasajera habitual que le insistió para que volviera a los libros. Fue ella quien lo anotó en un bachillerato acelerado. “Pero necesitaba más”, le contaba Marcelo a Clarín el 5 de junio, cuando dio a conocer su historia. Así fue que se anotó en el CBC –lo que más le costó, confía– y después se metió de lleno en la carrera de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Marcelo se especializó en derecho penal y ya recibió la matrícula que lo habilita a ejercer.
“Hoy me pongo el traje de lo que me formé y no es poca cosa para mí, después de tanto esfuerzo. Ustedes seguramente se acuerdan cuando iba a las marchas con los libros de Derecho o cuando en los momentos de descanso me tiraba a leer abajo de un árbol. Estoy cumpliendo mi sueño y les digo que si alguno de ustedes puede estudiar, vale la pena ”. Así se despidió Marcelo de sus compañeros de Cliba. Se juntaron ayer, en la base de Humberto Primo y Bernardo de Yrigoyen. Pero no será por mucho tiempo: a partir del mes que viene, Iriarte les dará asesoramiento legal.
La propuesta del Banco Central fue una de las últimas que recibió Marcelo. Antes, lo tentaron con un puesto en la Procuraduría de la Ciudad y otro en la bonaerense. También lo llamaron de distintos estudios de abogados. ¿Qué lo convenció del Central? “Fueron discretos, no pidieron cámaras y escucharon mis miedos e inquietudes”, responde. Tiene dos maletines: uno negro, algo informal, y otro que encontró barriendo las calles de San Cristóbal. Ese será el recuerdo, el presagio, de lo que fue un antes y un después en su vida.