Frases de cabecera

-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.

marzo 24, 2011

Miles contra todo golpe

Algunos se acordaron de la lucha por la 125 y el conglomerado de la Sociedad Rural Argentina (SRA), el MST y todos los grupos del Barrio Norte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Otros se acordaron con epítetos variados de los diarios que apoyaron el golpe, que sustentaron y legitimaron la dictadura y que ocultaron la desaparición de 30.000 personas. Otros se acordaron de Mercedes Benz, de Ledesma (grupo Blaquier) y de tantas otras empresas multinacionales y argentinas que entregaron a sus comisiones internas para que pudieran ser desaparecidas y torturadas. Otos se acordaron de la fiesta de los paraguas de Taiwan y del funcionario que aseguraba que era lo mismo producir acero que caramelos. Todos cantaron contra los grupos mediáticos, contra los apropiadores, los secuestradores y quienes hoy otorgaron todo el espacio mediático -televisión, radio y diarios- a Plácido Domingo, en lugar del 35 aniversario del golpe militar de 1976 y de sus consecuencias. Tal vez porque tienen cola de paja, vaya uno a saber. Nosotros, además, grabamos y filmamos algunos videos. Pero la tecnología toma su tiempo. Por ahora, va un anticipo.

24 de marzo de 1976: El golpe de los empresarios, de la APEGE, de la Sociedad Rural y de los diarios genuflexos

(Por Rubén Levenberg) Hace 35 años era un jovencito que no llegaba a los 20 años de edad. Las elecciones nacionales estaban convocadas y ya había comenzado la cesión de espacios en canal 7 para los políticos en campaña. El radical Ricardo Balbín ya había dicho que había que llegar a las elecciones aunque fuera “en muletas” y uno necesitaba creerle. Además, no estaba allí el general Perón para recordarle que lo había llamado “amigo”.

La guerrilla estaba derrotada, los grupos armados diezmados ya no estaban en condiciones de tomar un jardín de infantes. Lo reconocían en off the record: Eran impotentes, eran pocos, no tenían armas ni podían pensar en otra cosa que en dejar pasar el tiempo y tratar de salvarse.

Había un poder sindical que poco antes había echado de la Casa Rosada nada menos que a José López Rega. Había comisiones internas en lucha en todas las fábricas. Había un movimiento estudiantil anárquico, como siempre, pero que defendía la universidad pública.

Del otro lado estaba la Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias (APEGE), fundada casualmente en agosto de 1975 y que en 2002 sería reemplazada por la Asociación Empresaria Argentina (AEA), conducida hoy por Luis Pagani, Paolo Rocca, Héctor Magnetto y Sebastián Bagó. La integraban el Consejo Empresario Argentino (CEA), la Sociedad Rural Argentina, la Unión Comercial Argentina, la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara Argentina de Comercio, la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires, las Confederaciones Rurales Argentinas, la Cámara de Sociedades Anónimas, la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario y la Copal, entidad del sector de la alimentación.
Periodistas desaparecidos
Oh casualidad, el 16 de febrero de 1976 la APEGE organizó un paro general empresario -eufemismo que reemplaza a boicot golpista de los empresarios- que sería el golpe de muerte para el gobierno constitucional y, sobre todo, para la posibilidad de que se concretaran las elecciones nacionales, de las cuales temían que pudiera emerger un gobierno popular más fuerte.

Pero la señal que de que estaba todo perdido, además de las canallescas tapas de los diarios como La Razón y La Nación, que anunciaban “el fin” del gobierno constitucional, fue el discurso de Oscar Alende, un hombre muy querido y muy respetado, un líder que había recibido más de un millón de votos de la izquierda durante las elecciones de 1973 y en quien millones de argentinos tenían puestas sus esperanzas. En lugar de usar ése, su último discurso antes del golpe y quizá el último discurso público de un político antes del golpe para repudiar a la APEGE y para exigir a los militares el respeto a la constitución, para defender la democracia y repudiar cualquier intento de golpe, dedicó sus minutos disponibles a lanzar decenas de acusaciones contra el gobierno constitucional –seguramente la mayoría de ellas eran totalmente ciertas- y contra el imperialismo. De la defensa de la Constitución, nada. Si no fuera porque no le llega ni a los talones al ex gobernador bonaerense, uno podría decir que hoy Pino Solanas está igualmente desorientado, no visualiza la contradicción principal y se concentra en las utopías.

Mientras, miles de otros hombres que "pensaban feo" ya eran cazados como fieras. Como aquel maestro Alfredo Bravo, quien por sus ideas y su militancia social sería secuestrado. Y vendría la noche en Ledesma, Jujuy, con los aristocráticos Blaquier enviando a los gendarmes de la dictadura a matar y secuestrar a la población, a su intendente Aredes y a cuanto pobre "potencialmente peligroso" hubiera. Y el 16 de setiembre, con el secuestro, tortura y asesinato de chicos de escuela secundaria. Y el secuestro y tortura de monjas, obispos, curas, obreros, estudiantes y toda una generación que debía desaparecer, porque la oligarquía no quería transmisión de ideas y experiencias y ya sabía como hacerlo. Como cuando asesinaron a millones de nativos y alambraron el país para repartirse las tierras.

Alfredo Bravo


El 23 el Congreso ya estaba vacío, porque los diputados, senadores y empleados se habían llevado sus pertenencias. El golpe había comenzado. José Martínez de Hoz, nieto del mismo que es homenajeado todos los años por la SRA, sería el hombre que los empresarios pondrían a la cabeza del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional para desaparecer a las comisiones internas, a los estudiantes, a sus centros, a más de un centenar de periodistas, a la opinión pública independiente. José Alfredo Martínez de Hoz que tomaba la batuta detrás de escena era el hombre que había puesto allí nada menos que la Sociedad Rural Argentina, entidad que añoraba la esclavitud rural, herencia de los demócratas y liberales ingleses. De ahí en más, lo recuperarían, como puede observarse cada tanto cuando aparecen los esclavos rurales en algún punto del país.

Aquella mañana del 24 de marzo fui a dar una vuelta disimuladamente, miré el Congreso Nacional mansillado por los militares, me pregunté cuánto duraría aquello, me sorprendí por la alegría de algunos miembros de la clase merda ante el rostro elegante y europeo de José Alfredo Martínez de Hoz. La clase merda, los grandes empresarios y los diarios se habían aliado para repartirse las ganancias del asalto. Se habían juntado como años después harían en la crisis por "la 125". La atmósfera era opresiva y el ambiente peligroso.  Volví a tomar el Sarmiento, rumbo a Haedo, al hogar, si es que a partir de entonces quedaba algún lugar tranquilo para pasar la noche.

marzo 23, 2011

Contenidos argentinos para la TV


(Por Rubén Levenberg) En un acto que fue la culminación de todo un día de deliberaciones de cooperativas, PyMEs, productores de contenidos, guionistas, músicos, representantes de pueblos originarios y otras entidades que se congregaron en el ya tradicional centro cultural porteño Floreal Gorini, del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), se constituyó la Federación Cooperativa de Productores de Contenidos Audiovisuales (FecoopTV). La organización surge como producto de la construcción realizada por miles de creativos y empresarios de todo el país al calor de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales. Néstor Piccone fue elegido presidente de la flamante entidad.

Mientras algunos jueces que simpatizan con los oligopolios de la comunicación y el desprecio por los contenidos y las iniciativas mediáticas de las provincias argentinas buscan obstaculizar la aplicación de la Ley que reemplazó al decreto-ley de la última dictadura militar, el titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti ya aclaró que la norma está vigente de punta a punta. Con la Ley bajo el brazo y una historia de trabajo conjunto, del otro lado ocurren cosas, en más de un caso en una semiclandestinidad que no es propia de un país democrático, pero lo es en un país dominado por oligopolios con ramificaciones en el poder.

Del trabajo realizado por años por grupos y entidades productoras de contenidos y emisoras de televisión abierta o cerrada surgió una iniciativa motorizada por el área de TV digital del ministerio de Planificación, que ayer martes 22 cristalizó en una nueva organización madre. Se reunieron representantes de empresas cooperativas y PyMEs, asociaciones sin fines de lucro, organizaciones sociales y pueblos originarios que deliberaron durante todo el día para luego, al anochecer, hicieron la presentación oficial de FecoopTV).

Néstor Piccone –a su vez dirigente de La Gremial, fuerza opositora en la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA)- quién fuera elegido por la asamblea constitutiva como presidente de la Federación, sostuvo que la iniciativa es “hija de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual” y que "nace con la idea de articular lo que se produce en todo el país en contenidos audiovisuales, que es mucho pero que no tiene mucha pantalla”.

Según se explicó en el encuentro realizado en el centro de la Cooperación Floreal Gorini de la Ciudad de Buenos Aires, la nueva federación nucleará a más de 800 canales distribuidos en toda la geografía nacional.

Antes, Edgardo Forn, anfitrión, había explicado que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual había inaugurado una nueva etapa en la radiodifusión. “Nosotros somos buena parte del 33 por ciento que ahora tiene su lugar en el reparto de las frecuencias”, dijo hablando en nombre de las cooperativas.  “Néstor Piccone hizo un trabajo paciente en todo el país, juntando voluntades para armar una empresa cooperativa decisiva para la batalla cultural”, agregó y reivindicó el rol ciudadano en la consolidación del proyecto iniciado en 2003. Entre los asistentes, se encontraba el diputado Carlos Kunkel, quien manifestó la necesidad de acompañar a “todas las iniciativas que tiendan a generar nuevos canales de comunicación, de información y pensamiento para los argentinos”. Y homenajeó a Floreal Gorini, quien decía que “El camino hacia la utopía requiere muchas batallas, pero la más importante es la batalla cultural”.

A su vez, Piccone dijo que fue una “asamblea fraternal y solidaria” y que se eligió una conducción en un clima de armonía poco común. “No hay que personalizar las construcciones colectivas, pero es un honor que el vicepresidente –a pesar de los chistes que me hace sobre el papel de un tal Cobos- a un histórico del sector, nada menos que a Roberto Vacca, quien estaba a su lado.

“Las nuevas formas que llevamos adelante con la Ley requieren de herramientas que obviamente los grupos monopólicos manejan mejor, pero nosotros aprendemos y seguiremos aprendiendo. Aquí están los guionistas, que trabajan para los grupos, pero también quieren aportar acá y que sus novelas se vean en todas partes, hasta en la China”, continuó Piccone. Recordó una frase de la guionista Ana Montes: Los pueblos originarios están hartos de que Laport sea convocado para representar a Catriel.

También reivindicó a los jóvenes y sobre todo a los músicos, que forman parte de la Cooperativa. “Hay horas y horas de video clips que jamás se vieron ni se verán en los canales argentinos, salvo excepciones como un canal abierto de Mar de Ajó. Los músicos saben que ahora tienen una herramienta para llevar sus creaciones a todo el país”

 “Las nuevas voces, distanciadas de los movimientos empresarios monopólicos, van a garantizar el acceso a la información”, afirmó Kunkel según indica un cable de Télam.

En el mismo sentido opinó la diputada Adela Segarra, quien señaló que la iniciativa de FecoopTV es un salto de calidad, ya que agrega “organización a la participación popular”. “Los multimedios tienen monopolizados los medios de cada región y cada ciudad del interior. Aportar en una construcción que vaya en contra de esa tendencia y desmonopolizar en el interior es muy importante”, agregó la legisladora del Frente para la Victoria.

La nueva cooperativa integrará entre sus socios fundadores a entidades como las que agrupan a canales de televisión -por cable y abiertos- reunidos en Colsecor y Aateco; empresas gráficas agrupadas en Dypra (Diarios del interior), y movimientos sociales, entre otras.

La mesa de conducción de la entidad estará integrada por Piccone en la presidencia; el realizador Roberto Vacca en la vicepresidencia; y el director Guillermo Tello en la secretaría. Y el mentor, o uno de ellos, es el presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, Patricio Griffin, quien entre otras cosas enfatizó la importancia de que la producción nacional se fortalezca a partir de los creativos agrupados en la cooperativa y recordó lo ocurrido en España: “Cuando volví de allá, había 6 canales que transmitían mierda, hoy hay 70 canales digitales que transmiten mierda. Si no cambian los contenidos, la tecnología no sirve”.

A continuación habló de un cambio del paradigma comunicacional y dijo que hay que generar contenidos nuevos, en lugar de circular los contenidos que ya circulan. Enfatizó que si Laport no debería protagonizar a Catriel, también el día que se haga algo sobre Pancho Ramírez, tendrá que hacerse en escenarios de Entre Ríos, con maquilladores de Entre Ríos y protagonistas de Entre Ríos, en lugar de hacerse en Palermo.

La iniciativa ya es una realidad, ahora habrá que ver cómo se convierte en múltiples voces que lleguen a múltiples oídos, ojos, corazones.  

marzo 22, 2011

Fragmentos de la historia de los gremios de prensa

Para los que creen que hacer periodismo es obedecer a un jefe, enfatizar, adjetivar y ponerse al servicio del poder del empresario que paga y compra, la historia del gremialismo de prensa tiene actos heroicos y de los otros que permiten recuperar la esperanza en la profesión, en la ética y en el sacrificio. Para los miles de periodistas precarizados, invisibles, invisibilizados por su propio gremio y desesperanzados ante lo que parece su derrota ante el marketing y la publicidad, las prebendas y los sobornos encubiertos, va otro trazo de la historia de los gremios. En este caso reproducimos un fragmento escrito por el gran Jorge B. Rivera:


Ya en 1891 Guillermo Stock, Pedro Colombo y José Varas, entre otros, habían fundado un Círculo de Cronistas que se transformará poco más tarde en Círculo de la Prensa, y a partir de allí en entidad estable bajo la presidencia sucesiva de Gabriel Cantilo, Pedro Barreira, Emilio Mitre, Carlos Vega Belgrano, Alberto J. Gache, Estanislao Zeballos, Carlos Baires, José Varas y Manuel de Rezabal. Sus propósitos básicos –dentro de un tono acorde con la vieja y arraigada tradición liberal del periodismo argentino- involucran en primer término la defensa de la libertad de prensa, pero asimismo no se descuidan otros aspectos que hacen a lo exclusivamente gremial, como la prestación de asistencia médica gratuita y de otros servicios de similar naturaleza.

En 1901 el Círculo de la Prensa promueve la realización del primer congreso nacional de periodistas, en el que se tocan fundamentalmente aspectos profesionales, como la moralidad de la noticia, las tarifas de transportes para periodistas, la misión del periodista y de la prensa desde el punto de vista de la legislación nacional, etc., abordándose también aspectos vinculados de manera directa con la relación laboral entre empresas periodísticas y profesionales, junto con aspectos como el socorro en caso de enfermedad o despido, defensa de la independencia intelectual del periodista e inclusive, aunque este tópico solo merece una declaración final a modo de simple recomendación- sobre “retribución equitativa de sus servicios”.

Pero el proceso de organización y la obtención de un efectivo encuadre gremial y legal para la labor periodística deberán seguir un arduo camino, desde estos primeros intentos hasta la promulgación de la Ley 12.908 o el Estatuto del Periodista Profesional.

Dentro de la etapa que estamos tratando podemos recordar dos antecedentes, escogidos un poco al azar entre otros muchos de igual significación: uno puede ser –en el plano de lo específicamente combativo- el frustrado Sindicato de Periodistas y Afines, fundado en 1919 en el marco de la FORA bajo la secretaría de José Gabriel, cronista por entonces de La Prensa y futuro autor de libros como La Fonda, El Pozo negro y El nadador; otro –en el terreno de lo jurídico- puede ser el primer proyecto de estatuto profesional para los periodistas, elaborado en 1926 por el diputado nacional Víctor J. Guillot, autor de Historias sin importancia, Terror y La aventura del hombre. (…)

Fuente: Rivera, Jorge B. "El escritor y la industria cultural". Ediciones Atuel, Buenos Aires, 1998.

marzo 21, 2011

Orígenes del gremialismo en prensa


Faltaban todavía algo más de 26 años para que el entonces presidente Perón promulgara (Foto) el Estatuto del Periodista, una gran reivindicación de los periodistas, aunque tal vez una de las leyes más violadas por los empresarios de prensa. Apenas había pasado una década del primer Centenario, en el que la más rancia oligarquía porteña se esforzó por mostrar su “hispanidad”, denostar a los imigrantes que habían traído de Europa sus ideas anarquistas, socialistas y luego comunistas  y ocultar los crecientes conflictos sociales que traía aparejado el modelo agroexportador. Crítica ya tenía más de seis años de vida y los verpertinos intentaban modernizar el periodismo argentino.

Desde los primeros años del siglo los periodistas habían hecho intentos por organizarse para luchar por sus salarios y por sus reivindicaciones y una de las primeras medidas de fuerza fue, justamente, allá por 1919, protagonizada por trabajadores gráficos y periodistas del diario La Prensa. Allí los precursores de la organización gremial comenzaron a conocer las miserias y las grandezas que caracterizarían al sindicalismo de prensa.

...“en 1919 Octavio Palazzolo y un grupo de periodistas reunidos en la pieza de un conventillo porteño en el que tenía su sede la Federación Gráfica Bonaerense, realizan el primer intento de un movimiento gremial dando forma a la creación del Sindicato de Periodistas y afines, obreros gráficos y periodistas adscriptos a la FORA”, SEGÚNM DIJO EL PERIODISTA Y ESCRITOR Santiago Senén González (hijo). Palazzolo era amigo del linotipista y cuadro del sindicalismo revolucionario Sebastián Marotta, quien le sembrara la inquietud, aunque el sindicato tendría una corta existencia.
Entre los que participan de la iniciativa se encuentra Santiago Senén González (padre) y otros periodistas enrolados en el Partido Socialista, los que emprendieron una acción conjunta que se proponía llegar a la huelga en caso de que sus demandas fueran rechazadas.
Los gráficos tenían pendiente con una empresa la aceptación de su pliego de condiciones, y resolvieron sumar a su demanda la reincorporación de dos compañeros periodistas que habían sido despedidos de sus lugares de trabajo. En junio del 46, en un congreso luego de constituida la Federación Argentina de Periodistas, Palazzolo, por entonces presidente de la FAP, recordará aquellos hechos como parte de las primeras acciones concretas, pero también con la amargura de los primeros fracasos, al manifestar: “Los periodistas habíamos hecho un alto en el camino, preguntándonos por primera vez ¿qué éramos? ¿Constituíamos una clase especial, como pertenecían algunos intelectualistas? ¿Teníamos algo en común con el resto de los trabajadores?”, se cuestionaba el dirigente. Los medios gráficos de comunicación habían cambiado. Se habían profesionalizado. La prensa se introducía en el mercado, abonando los viejos cánones y las inquietudes políticas. “En ésa transformación –seguía Palazzolo- habíamos perdido la categoría de desinteresados difusores de ideas, para convertirnos en una ruedita más del organismo.”

En aquella lucha inicial, preparados y de acuerdo, los obreros gráficos y los periodistas enviaron a sus delegados gremiales a negociar sus condiciones con el propietario de la empresa. El patrón les notificó la aceptación del pliego de condiciones de los gráficos, pero rechazó la reincorporación de los compañeros periodistas, descalificando su trabajo. Se les dijo, peyorativamente, que a los periodistas se los reemplazaba con ordenanzas de la casa…El secretario de la Federación Gráfica Bonaerense procedió entonces a anunciar que el diario no saldría, porque las causas de los periodistas eran comunes a las del gremio. La huelga se prolongó por espacio de una semana.

Luego, una parte del personal periodístico y administrativo fue presionado para suscribir una nota de adhesión al empleador. “Alentado por este hecho, -recordaba Don Pala- el empleador mantuvo una actitud negativa mientras la Asociación del Trabajo, entidad patronal, creada para adiestrar y reclutar “krumiros” (rompehuelgas), preparaba a un equipo de linotipistas. Finalmente la huelga se perdió y obreros con más de 25 años de trabajo quedaron en la calle. Estos sucesos pusieron en evidencia que los empleadores no estaban dispuestos a negociar con la representación gremial. Los periodistas decidieron entonces seguir la pelea por otros canales: necesitaban el reconocimiento de sus derechos laborales para obligar así a los empresarios a reconocer su labor y su fuerza”.

Nota: Relata el autor que lo que no dijo Senén González fue que la medida de fuerza fue tomada contra el diario La Prensa.

Fuente: Parcero, Daniel. Los trabajadores de prensa. Ladrilleros del periodismo, (1891/2010). Volumen I. Ediciones Corregidor, Buenos Aires, 2010. Texto realizado para la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN).