Frases de cabecera

-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.

marzo 24, 2009

El tiempo pasa, a veces


Hoy es 24 de marzo y el país recuerda los 33 años del comienzo de la última dictadura militar. El adjetivo "última" adquiere una riqueza especial, porque es una manera de decir que "nunca más" habrá una dictadura y porque además parece identificar al período como un punto de inflexión. Tal vez ya no haga falta para ciertos sectores que haya una dictadura, porque cumplieron su misión exitosamente.

Pero además un día como el de hoy, hace apenas 32 años, el periodista Rodolfo Walsh terminaba de escribir su Carta Abierta a la Junta Militar, en la que denunciaba el terrorismo de Estado, los crímenes y torturas y el plan para desarticular la economía del país.

Las líneas escritas por Walsh aquel 24 de marzo iban más allá de una declaración de principios. Su profundidad era tal, que los tiempos se confunden y cobra una actualidad que tal vez asombre a algunos y despierte a otros. Entre transcribir los párrafos directamente o comentarlos, tal vez lo más respetuoso sea dejar que las palabras elegidas por Walsh hagan su trabajo sin acotaciones innecesarias. A lo sumo, algún asterisco discreto. Entre otras cosas, decía el periodista:

"Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la ‘racionalización’”.

“Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete. Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: ‘Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos’”. (*)

“El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el ‘festín de los corruptos’”.

“Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser nacional”.

El mismo día en el cual Walsh escribía su carta para "dar testimonio en momentos difíciles", como decía en una de las últimas líneas, en los principales diarios del país se publicaba una solicitada de la Sociedad Rural Argentina (SRA), que luego, en 2008, sería muy difundida a raíz de la puja entre el Gobierno nacional y las entidades empresariales del campo.

“Este proceso requiere del apoyo y sacrificio de todos los sectores, sacrificio que no sólo deben hacer los empresarios y los obreros, sino especialmente el Estado, dando el ejemplo a través del reordenamiento presupuestario que ya ha comenzado, la liquidación de las empresas estatales y el redimensionamiento de la burocracia.

(…) La Sociedad Rural Argentina reitera frente a los productores y la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de marzo de 1976, para lograr así los fines propuestos, que en definitiva son los grandes objetivos nacionales”, decía la entidad en su solicitada.

Los documentos están allí, se pueden leer, de manera total o parcial. ¿Habrá alcanzado Walsh a leer la solicitada de la Sociedad Rural? Escribir su Carta no debe haber sido un trabajo sencillo, debe haberle tomado su tiempo, aún en su caso, el de un periodista cuyas ideas brotaban aceleradamente de su máquina de escribir. Pero, periodista al fin es bastante probable que haya devorado los diarios del último día que vivió completo. Tal vez su compañera, Lilia Ferreyra, tenga en su memoria algunos de aquellos detalles.

Hoy es martes, es 24 de marzo y es 2009. Hace menos de una semana se lanzó un debate acerca de un anteproyecto de Ley sobre medios audiovisuales –y electrónicos, diríamos aquí, para que Internet no quede librada también a la concentración- y fue tanto o más ignorada que aquella Carta de Walsh. En cambio, difunden hasta el hartazgo cada frase y cada afirmación de los mismos gurúes de la economía –o sus hijos, carnales o ideológicos- que parieron aquellas decisiones que Walsh denunciaba hace 32 años. De alguna manera, parecen publicar día a día aquella solicitada. Como hace 32 años, la Carta de Walsh no deja de hacer su denuncia. El tiempo pasa. ¿Pasa?

(*) Si alguien relaciona la frase de Celedonio Pereda con una más reciente, sobre el precio del lomo, la especulación corre por su cuenta.

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