Frases de cabecera

-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.

abril 16, 2010

La gran Ley y su gran marcha








Estuve en la marcha dos veces. Una como docente de Ciencias de la Comunicación de la UBA, una de las carreras que desde hace 20 años impulsa el reemplazo de la ley de radiodifusión de la dictadura (así, todo con minúsculas), pero también fui como periodista curioso que recorría la marcha de un lado al otro, que iba, venía, miraba, anotaba, como si alguien me hubiera enviado a cubrirlo.

La primera sorpresa fue la masividad. Desde adelante hacia atrás era más fácil percibir la magnitud de la marcha. Cuando la cabecera cruzaba Corrientes por Callao, comencé a caminar hacia el Congreso. Pasé Sarmiento, Perón, Mitre y llegué a la esquina del viejo Molino. Ahí la marcha se abría unos 150 metros por Rivadavia, pero el grueso seguía por Entre Ríos unos 200 metros. Y la gente no paraba de llegar.

La marea caminaba hacia Tribunales, cada uno estaba en lo suyo y todos en lo mismo. Estaban los convocados por Facebook y 6,7,8, las FM de barrios y sus oyentes -intuí que habían ido hasta sus anunciantes- y un cartelón de la Federación Gráfica Bonaerense que nos recordaba a los únicos que en la Argentina pudieron parar diarios en serio.

Había columnas organizadas y de las otras, gente suelta y vecinos que saludaban desde los balcones, chicas y chicos que vendían sus revistas barriales, otras que las regalaban y muchos manifestantes con una remera negra que decía "Soy la mierda oficialista", como para dejar en claro que ni el "viva el Cáncer" ni el "viva la carótida con problemas" pueden asustar a nadie. Estaban los Humanistas, los de los gremios de prensa -la más identificable era la FATPREN- los de la CTA, la Asociación Argentina de Actores, el sindicato de Publicidad, el de Televisión, unos cuantos cientos de militantes con banderitas de Proyecto Sur y hasta una delegación de la UOCRA.

Muchos manifestantes llevaban sus pancartas hechas a mano, esas que están en todas las marchas y que marcan el sentimiento de quienes se suman por la suya. "Hay Ley de Medios. ¿Habrá Justicia?", decía uno que metía el dedo allí donde hay que meterlo. Una bandera celeste del Comedor Los Pibes recordaba al "Oso", asesinado en 2002, un montón de banderas blancas identificaban a los jujeños de la agrupación Tupac Amaru.

En Viamonte se había montado un escenario en el que convivían los incansables luchadores de la convocante Coalición para una Radiodifusión Democrática con dirigentes de prensa y locutores. Entre pedidos a los que habían llegado primero para que bajaran las banderas -literalmente, no en sentido figurado- porque "la manifestación es de todos, no de un sector- aparecieron locutores que comenzaron con los discursos, breves y sonoros. Leían las adhesiones y recordaban a cada minuto que la marcha todavía venía desde Congreso. "Creían que no íbamos a poder  abrazar a los Tribunales y no sólo los abrazamos, sino que unimos al Congreso con Tribunales", dijo el que llevaba la voz cantante. Aunque el que cantó fue Ignacio Copani, quien volvió a dedicar sus estrofas cancheras al vicepresidente opositor. "Cooobos andate, la p. que lo p.", cantaban abajo. Pero a la altura de Sarmiento los de 6,7,8 encontraron una variante más poética: "Cooobos andate y llevate a la Carrió".

Si me remito a los viejos tiempos en los que tenía que cubrir marchas estudiantiles, creo que con 50.000 me quedo corto, muy corto. Pero hay que ser conservadores, al menos en estos detalles. De todos modos, la cantidad no tiene tanta importancia como la calidad. Desde gremios hasta grupos de oyentes. "Ellos tienen sus oligopolios pero nosotros tenemos miles de radios y pequeños medios que llevarán el mensaje a todo el país", dijo uno de los voceros, que se llama Néstor pero no es ése Néstor. Había gente sola, había gente acompañada, había familias, encuentros y reencuentros.

Había mucha emoción y si bien difícilmente todos pudieran recitar de memoria los principales puntos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual -que es una ley, no un proyecto- todos sabían que se estaba jugando su derecho a comunicar y comunicarse, su derecho a expresarse y su rabia porque viven un país, pero ven otro por televisión. Muchos no tenían idea sobre medios, seguramente no sabían qué es la Escuela de Franckfurt y Eco tal vez les sonara, pero poco. Sin embargo fueron allí porque sabían que la nueva ley había salido, les abriría enormes posibilidades de expresarse y serviría para crear caminos alternativos a los grupos concentrados. A pura intuición, que suele convertirse  en sabiduría. La nueva ley había salido, pero unos jueces que suelen dormir en un barrio que es propiedad del dueño de un oligopolio de la comunicación, habían decidido que no.

Fue una gran marcha y un gran mensaje para una Justicia que se está metiendo peligrosamente en territorio ajeno. Los medios grandes -vaya contradicción- taparon el sol con la mano y se limitaron a hablar de las "molestias" que la movilización provocó en el tránsito. Pero el sol brilla igual, aunque a veces esté detrás de las nubes. Habrá que esperar para saber si la oposición, sus medios y sus jueces entendieron el mensaje.


1 comentario:

Analía García dijo...

Qué bella crónica Rubén! Yo escribí algo en mi muro: "Ayudame a mirar", le pedí a mi delegada personal que está en algún lugar que se parece a eso que llamamos cielo.
Nosotros no esperábamos este día. Ahora, como dijo Hebe, seguiremos hasta que nos escuchen. Gracias a todos los periodistas y trabajadores de la comunicación que hicieron posible este momento.