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-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.

octubre 27, 2010

El periodismo en la acumulación flexible

(Por Rubén Levenberg) Desde Etica y Periodismo hemos dedicado más de una columna al problema de la flexibilización y la precarización laboral de los periodistas. Entre precarizados y tercerizados, los periodistas suman más de la mitad del total de profesionales que hacen los medios y la proporción cambia diariamente en contra de los trabajadores, sometidos a sistemas de venta de servicios en los cuales carecen de aguinaldo, vacaciones, descanso nocturno, estabilidad laboral y licencia por enfermedad, estudios o embarazo.

Con el estallido del conflicto en Ferrocarriles y el asesinato del joven Mariano Ferreyra, un estudiante solidario con los trabajadores tercerizados, el tema pasó a los primeros planos y a las primeras planas.

Tal vez sea conveniente recordar entonces algunas de las características que asume el sistema de flexibilización y precarización y desde cuándo. En el mundo desarrollado, como explica el intelectual de la izquierda estadounidense David Harvey (*), "la aguda recesión de 1973" sacudió el esquema de producción fordista, con corporaciones altamente concentradas, una producción en masa y dos clases de trabajadores, los beneficiarios del Estado de Bienestar y los excluidos que trabajaban para empresas más pequeñas y en condiciones laborales más precarias. El sistema inició una rápida transición de la forma de acumulación tradicional a otra más conveniente para los intereses de las empresas, al que denominó "acumulación flexible".

La "acumulación flexible" es una forma de confrontar con las "rigideces" del fordismo y del keynesianismo y "apela a la flexibilidad con relación a los procesos laborales, los mercados de mano de obra, los productos y las pautas del consumo. Se caracteriza por la emergencia de sectores totalmente nuevos de producción, nuevas formas de proporcionar servicios financieros, nuevos mercados y, sobre todo, niveles sumamente intensos de innovación comercial, tecnológica y organizativa. Ha traído cambios acelerados en la estructuración del desarrollo desigual, tanto entre sectores como entre regiones geográficas, dando lugar, por ejemplo, a un gran aumento en el 'sector de los servicios' así como a nuevos conglomerados industriales en regiones hasta ahora subdesarrolladas (como la 'Tercera Italia', Flandes, los diversos Silicon Valleys, para no hablar de la vasta profusión de actividades en los países de reciente industrialización).

Resulta interesante para comprender algunos de los fenómenos que aparecen con la acumulación flexible, prestar atención a la aceleración de los tiempos. "Ha extrañado además una nueva vuelta de tuerca de lo que yo llamo 'compresión espacio-temporal en el mundo capitalista: los horizontes temporales para la toma de decisiones privadas y públicas se han contraído, mientras que la comunicación satelital y la disminución en los costos del transporte han hecho posible una mayor extensión de estas decisiones por un espacio cada vez más amplio y diversificado", dice Harvey.

Más adelante, explica: "Los trabajadores organizados sufrieron menoscabo por la reconstrucción de focos de acumulación flexible en regiones que carecían de las tradiciones industriales previas y por la importación, a los viejos centros, de las normas y prácticas regresivas instauradas en estas nuevas áreas. La acumulación flexible parece implicar altos niveles de desempleo 'estructural' (...), rápida destrucción y reconstrucción de calificaciones, módicos aumentos (si los hay) en el salario real y el retroceso del poder sindical: uno de los pilares políticos del régimen fordista".

Luego señala algo que suena conocido por la región de América latina: "El núcleo -un grupo que se reduce cada vez más según los informes que provienen de ambos lados del Atlántico- está compuestos por empleados d'de tiempo completo, una condición de permanencia y que son indispensables para el futuro de la organización en el largo plazo'. (...) No obstante, los costos potenciales que supone despedir a los empleados del núcleo en épocas de dificultades pueden llevar a una compañía a subcontratar incluso funciones de alto nivel (que van del diseño a la publicidad y a la gerencia financiera) dejando un núcleo principal de directivos relativamente pequeña.

Empleados centrales y periféricos
En su modelo de acumulación flexible, Harvey clasifica a los trabajadores en dos categorías: Núcleo y Periferia. Entre los periféricos diferencia dos grupos, uno integrado por empleados de menor capacitación que son utilizados en tiempo completo, con una gran rotación, lo que los hace pasibles de "reducciones" súbitas de personal. El segundo grupo "proporciona una flexibilidad numérica aún mayor y está compuesto por los empleados de medio tiempo, temporarios, personal con contratos de tiempo establecido, subcontratados y aprendices públicamente subsidiados, con menos seguridad laboral todavía que el grupo periférico. En los últimos años, todo parece indicar un significativo crecimiento de esta categoría de empleados".

Es interesante la descripción que hace sobre esta última categoría, porque es tal vez la más aplicable a la situación de los periodistas: "Estos regímenes de empleo flexibles no engendran por sí solos mayores insatisfacciones en el trabajador, ya que la flexibilidad a veces puede ser beneficiosa. Pero los efectos agregados, considerados desde la óptica de las coberturas de seguros y los derechos de pensión, así como de los niveles salariales y la seguridad laboral, no parecen positivos para la población trabajadora en su conjunto.

Sindicatos eran los de antes
Uno de los cambios sustanciales que produjeron la flexibilización y la precarización surgidos de este proceso fue la incertidumbre de las organizaciones de trabajadores para enfrentar la situación. "Las formas de organización de la clase obrera (como los sindicatos) contaban sobre todo con la agrupación de obreros dentro de la fábrica para su viabilidad y encontraban particularmente difícil influir en los sistemas laborales domésticos o familiares. (...) La conciencia de clase no surge en este caso de la relación de clase directa entre cpaital y trabajo, y se desplaza a un terreno mucho más confuso de conflictos inter-familiares y peleas por el poder dentro de un sistema familiar o de clan.

Microemprendimientos, trabajo a destajo como venta de servicios y trabajo domiciliario también obligan a replantear la concepción gremial, las leyes y las formas de protección de los trabajadores. Eso es algo de lo que los periodistas sabemos mucho, por experiencia.

(*) Harvey, David. "La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes del cambio cultural". Amorrortu Editores. Buenos Aires, 2008 (Primera edición en inglés: 1990)

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