"Esto es un sacerdocio". La frase es muy conocida para los oyentes que están acostumbrados a despertarse con la radio y a escuchar el Bell aparato todo el día, leer los diarios en papel u online y de tanto en tanto ver TV: "Hoy es feriado, pero aquí estamos trabajando, porque el periodismo es un sacerdocio". ¿Es un sacerdocio? Si así lo fuera, el periodismo estaría lleno de sacerdotes clandestinos, maltratados, perseguidos, fuera de la Ley y para colmo sin la menor posibilidad de ser reconocidos como tales.
Hoy es 22 de agosto y se cumplen casi 40 años del fusilamiento de Trelew, un dato que la mayoría de los periodistas en ejercicio de sus derechos tiene que buscar en Wikipedia para saber de qué se trata. Pero no es feriado por tal motivo sino porque para fomentar el turismo, el aniversario de la muerte del masón, rebelde, revolucionario y enemigo de Bernardino Rivadavia -el hombre de la calle más larga del mundo- nada menos que don José de San Martín, se pasó del 17 de agosto al lunes 22.
Sea como sea, eso de que el que trabaja un feriado es un sacerdote del periodismo es tan falso como el artículo 2 del Estatuto del Periodista que define al periodista profesional así: "Se consideran periodistas profesionales, a los fines de la presente ley, las personas que realicen en forma regular, mediante retribución pecuniaria, las tareas que les son propias en publicaciones diarios, o periódicos, y agencias noticiosas. Tales el director, codirector, subdirector, jefe de redacción, secretario general, secretario de redacción, pro-secretario de redacción, jefe de noticias, editorialista, corresponsal, redactor, cronista, reportero, dibujante, traductor, corrector de pruebas, reportero gráfico, archivero y colaborador permanente. Se incluyen las empresas radiotelefónicas, cinematográficas o de televisión".
Dicho de otro modo, el que no está adentro de un medio, cobra sueldo, aguinaldo, vacaciones, francos compensatorios por trabajar feriados, es lo que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Federación Internacional de Periodistas (FIP) definen como "trabajadores atípicos". Lo "típico" sería la relación de dependencia, que es una garantía de la libertad de prensa, de la libertad de expresión y de la libertad de trabajo. Lo "atípico" es lo que le ocurre a la mayoría de los periodistas, que ni siquiera tienen reconocido el derecho de llamarse "periodistas".
No hace falta reiterar que estos verdaderos sacerdotes llamados en la jerga interna de los medios "sub 24",
porque los contadores y abogados que asesoran a las empresas les indican que no deben permitir que lleguen a hacer 24 notas en un año, para que no sean considerados "colaboradores permanentes" y entren en relación de dependencia, además de todo lo dicho, tienen que negociar de uno a uno con las patronales cuánto le van a pagar. El gigante con todo a favor negocia con el gurrumín que está contra la pared si le va a pagar y cuánto le va a pagar por su trabajo.
Pues bien, sepan los "colegas" que se quejan del "sacerdocio" que los verdaderos sacerdotes son los desprotegidos, los sin trabajo, los sin aguinaldo, los que trabajan de día, de tarde y de noche -todo, no alternativamente- y no hablan de "sacerdocio". Son los desprotegidos, los que la ley ni siquiera considera "trabajo en negro" sino que los pone como "monotributistas" o "autónomos", gracias a un invento del ex Ministro Domingo Cavallo que luego aprovecharon los ministerios de trabajo de toda la historia posterior para negociar con las empresas periodísticas. Si, no les envían inspectores, no les investigan los números, no indagan si bajo la denominación de "autónomos" o "monotributistas", en suma, "colaboradores", tienen como empleados a trabajadores esclavos.
Tal vez la mejor manera de recordar al gran San Martín sea decir que al Libertador no le caía bien Bernardino Rivadavia, un sacerdote del canje de retazos de Patria por monedas llamadas "préstamos". San Martín estaba en contra de la esclavitud y seguramente hubiera estado en contra del trabajo esclavo, sea como fuera que se encubriera, como "monotributo", "autónomo", "SRL tercerizada" y otras que sufren por estos tiempos los periodistas y los fotógrafos.
Como dirían los españoles, país que junto con la Argentina tiene el mayor número de periodistas y fotógrafos precarizados, "joder". O como diríamos aquí en la Argentina, más académicamente, "mejor inspeccionen, denuncien -sin pedir hipócritamente al pobre precarizado que se ocupe de perder el poco trabajo que tiene haciendo una denuncia- digan la verdad del gremio". Pero no la van a decir, porque es muy antipático.
Frases de cabecera
-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.
agosto 22, 2011
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