No quiero festejar el día del periodista, al menos como algo
propio y menos aún la firma de las paritarias, que desató la alegría en el
gremio porteño (UTPBA), entre los delegados paritarios y entre los militantes
opositores.
Me adelanto al 7 de junio porque ya comencé a recibir mensajes referidos a festejos, como si la realidad de los periodistas fuera para festejar. Perdón, porque según el Estatuto del Periodista, yo no soy un periodista y el Estatuto es defendido con uñas y dientes por los gremios, los delegados, las agrupaciones opositoras, el ministro de Trabajo Carlos Tomada y los funcionarios de Trabajo del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que encabeza Mauricio Macri, el hombre blindado por las empresas periodísticas.
Según dice el Estatuto del Periodista en sus dos primeros
artículos:
Art. 1º)- Quedan comprendidos dentro de las disposiciones de la presente ley, que regirá en todo el territorio de la República, los periodistas profesionales que se especifican en ella.
Art. 2º)- Se consideran periodistas profesionales, a los fines de la presente ley, las personas que realicen en forma regular, mediante retribución pecuniaria, las tareas que le son propias en publicaciones diarias o periódicas y agencias noticiosas. Tal es el director, co-director, sub-director, jefe de redacción, secretario general, secretario de redacción, prosecretario de redacción, jefe de noticias, editorialista, corresponsal redactor, cronista, reportero, dibujante, traductor, corrector de pruebas, reportero gráfico, archivero y colaborador permanente. Se incluyen como agencias noticiosas las empresas radiotelefónicas que propalen informativos o noticias de carácter periodístico y únicamente con respecto al personal ocupado en estas tareas. Se incluyen las empresas radiotelefónicas, cinematográficas o de televisión que propalen, exhiban o televisen informativos o noticias de carácter periodísticos únicamente con respecto al personal ocupado en estas tareas. (*)
(*) Agregado
por la ley 15.532, de 1960.
Se entiende por colaborador permanente aquel
trabaja a destajo en diarios, periódicos, revistas, semanarios, anuarios y
agencias noticiosas, por medio de artículos o notas, con firma o sin ella,
retribuidos pecuniariamente por unidad o al centímetro cuando alcance un mínimo
de veinticuatro colaboraciones anuales. Quedan excluidos de esta ley los
agentes o corredores de publicidad y los colaboradores accidentales o extraños
a la profesión.
Queda claro
entonces, que todos los periodistas que trabajen como “colaboradores” y no hayan
llegado a las 24 notas en un año NO SON
PERIODISTAS. Luego, algunos abogados laboralistas, aquellos que entienden
cuál es la realidad del periodismo argentino y los jueces laborales, que actúan
en consecuencia, terminan en situaciones de conflicto judicial reconociendo a
los colaboradores sub-24 como periodistas. Gracias por ser justos.
En el periodismo,
sólo hubo un relevamiento medianamente serio realizado por la obra social de la
UTPBA en 2005 y determinó que cerca del 47 por ciento de los periodistas son
colaboradores. Si se hiciera hoy, seguramente sería mucho mayor la proporción
de colaboradores y la gran mayoría de ellos sub-24.
La supuesta
solidaridad de los trabajadores de prensa causa gracia por la inocencia, cuando
no indignación. La actitud de una mayoría de periodistas “de nómina”, como
dirían los españoles, es lo que en los años de exámenes de ingreso en las
universidades se llamaba “efecto colectivo”, porque los que están adentro no
quieren que el colectivo pare, para que no se llene aún más; mientras que los
que están en la parada quieren subir al colectivo.
Se ha llegado al
absurdo, a la actitud ofensiva de decir “que los colaboradores se agrupen y
reclamen”. Ignoran o pretenden ignorar que los colaboradores trabajan en un
sistema de semi esclavitud, que tienen que ir a las redacciones a rogar a los
jefes que les permitan escribir, porque las empresas les dicen que “si no te
gusta, tengo cien más esperando escribir”. Los humillan, no les pagan sueldo,
aguinaldo, vacaciones, no se pueden enfermar, los echan simplemente dejando de “darles”
trabajo. En tales condiciones, pretender que alguien se organice y luche es, al
menos, una manera de ofender a la inteligencia.
La situación es
clara: Las empresas no quieren ni tratar la situación de los colaboradores,
porque es el mecanismo de flexibilización y precarización que encontraron para
someter a los periodistas. Sólo aceptan tratarlo si se discute el Estatuto del
Periodista. Con un gobierno Nacional y Popular –al que adhiero y defiendo- con
mayoría en Senado y en Diputados, el Estatuto podría tratarse, mejorarse y terminar
con la semi esclavitud del sistema de colaboraciones, creado en el Estatuto
para otra cosa, no para lo que se usa actualmente.
Pero a nadie le
interesa. Para todos es cómodo. Por ejemplo, los delegados paritarios pueden
presionar con la situación de los colaboradores para usarlos como moneda de
cambio en la negociación de sus reivindicaciones, no las de los colaboradores. Las
empresas siguen con un sistema que les permite tener a parte de sus
trabajadores en situación más que precaria. El ministerio no se juega por
nadie, los gremios aceptan todo y que se la aguanten los colaboradores.
La excusa del
profesionalismo, que los colaboradores son profesionales que no quieren entrar
a las redacciones también es una falacia. Hay un pequeño porcentaje que vive en
tal realidad. Pero la mayoría quiere trabajar en blanco. Es cierto que muchos
quieren tele trabajar, pero es una cuestión diferente.
No me siento
representado por gremios y oposición gremial, ni por los delegados paritarios,
ni por los ministerios de Trabajo, ni por el Estatuto del Periodista. Así que
aquellos que me saluden, pueden hacerlo en honor a los años que trabajé en
alguna redacción. Lo agradezco mucho.
2 comentarios:
Rubén, coincido casi totalmente en lo que muy bien describís y opinás. Los detalles de discrepancia son tan menores que no vale la pena exponerlos.
Te saludo entonces como amigo, hincha del "fourteen" (aunque yo sea bostero) y buen tipo.
Rubén:
Te saludo como periodista porque quien te lee aprecia que por tus venas corre periodismo, hagas lo que hagas, te consideren como te consideren.
Un Abrazo
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