Frases de cabecera

-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.

abril 05, 2014

Débiles que roban a débiles, cobardes que linchan y matan.

La incentivan los medios de comunicación masivos, la toman con una comprensión hipócrita los dirigentes que viven del falso "sentido común". La violencia criminal que se sintetiza con el eufemismo "linchamiento" tiene sus defensores y sus beneficiarios. En tal contexto, sería lícito preguntarse: "¿Quiénes son los delincuentes que terminan linchados?", "¿Quiénes son las víctimas de los delincuentes que luego serán linchados?", "¿Quiénes son los linchadores?"

Las respuestas están a la vista y nadie les presta atención: Los arrebatadores y sus víctimas son débiles. Las víctimas pueden ser ricas, pobres y, hay que decirlo, imprudentes por llevar un Rólex por la calle. Siempre son mujeres -si tienen aspecto frágil, mejor- ancianos, niños. Son vulnerables, son las únicas que pueden ser atacadas mediante un arrebato.

Los rateros que hacen arrebatos van desarmados, son arrebatadores porque no tienen recursos ni organización como para cometer grandes delitos, porque no tienen plata para comprarse un arma o simplemente porque no quieren arriesgarse a grandes condenas. Son ladrones débiles.

El tercer factor son los linchadores, que golpean y hasta pueden asesinar. Esos no son débiles, son cobardes. Los linchadores son de clase más variada. Unos se indignan y se dejan llevar por una violencia que a cualquier persona le puede surgir ante un hecho que duele. Otros necesitan descargar sus propias impotencias de la vida privada o social y encuentran un chivo emisario. Otros son violentos, que es diferente a ponerse volentos. Otros, muchos, son racistas, xenófobos, fascistas.

Cualquiera sean las razones de su impulso, los linchadores son fundamentalmente cobardes, porque golpean y a veces asesinan a los que no tienen un arma para defenderse. Es más, como las cárceles, son impulsores de un paso evolutivo en la criminalidad. Es razonable creer que los débiles rateros buscarán salir con algún arma, para que ningún testigo lo pueda golpear. ¿Esta historia tiene algún final a la vista? No parece.

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