El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires clausuró el galpón donde están
los móviles de exteriores del canal C5N. La empresa denunció que el gobierno
porteño hace dos meses que no paga la pauta publicitaria como represalia por
sus publicaciones, que rompieron el cerco mediático que protege al jefe de
gobierno porteño y candidato presidencial Mauricio Macri.
Hemos repudiado meses atrás el despido de dos delegados de base de la
página Web Minuto1 y continuamos exigiendo su reincorporación, pero rechazamos
los ataques del PRO a esa señal, que no están dirigidos a afectar los intereses
de esa patronal sino a atacar al trabajo de periodistas que pusieron luz sobre
los negocios espurios del gobierno porteño, a la vez que ponen en riesgo la
continuidad de puestos de los trabajadores de esa emisora.
Este ataque se inscribe en el marco de la campaña sucia que lleva
adelante la oposición y que se expresa también en la judicialización de las
elecciones en Tucumán y en otras operaciones de público conocimiento que buscan
minar la imagen del Gobierno y de los candidatos del campo nacional y popular.
Cuando El PRO predica ser lo nuevo, lo tolerante, lo transparente, lo
democrático, por otro lado no repara en gastos para sancionar a quienes piensan
distinto o desnudan su política para pocos. Este acto de censura, disfrazada de
clausura contravencional, busca disciplinar la libertad de expresión.
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