Frases de cabecera

-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.

octubre 07, 2010

Periodismo: Los estables y los miserables


(Por Rubén Levenberg) Es un fenómeno al cual pocos colgas le han prestado atención, tal vez porque lo más obvio y evidente no nos provoca curiosidad. En definitiva,somos periodistas. En la prensa, hay dos castas sociales y pocos se animan a decirlo, porque es peligroso, puede provocar represalias y, sobre todo, no es políticamente correcto decirlo.
Como acá no tememos a las represalias, dado que si queremos hablar de ética, periodismo y trabajo no podemos eludir ciertos temas, vamos a tratar de dibujar el panorama. Nos van a quedar más temas afuera que adentro, pero es una manera de empezar. Todos serán explotados, pero unos más que otros. Eso si, vamos a hacer una advertencia: Si alguien pretende, desde la poca inteligencia que evidencia la pereza mental, definir a esta nota como divisionista y anti-sindical, mejor que lea otra cosa, como alguna novela de Corin Tellado.

En periodismo hay dos grandes círculos: el de los empleados estables protegidos por el Estatuto del Periodista y el de los colaboradores marginados eternamente. El de los que siempre tienen la esperanza y casi la seguridad de que no todo está perdido y el de los que saben que un resfrío puede hacer que sus hijos no almuercen por unos días. Veamos cómo funciona esto:

Si un periodista tuvo la suerte de pasar la época del primer gran ajuste, en los años 90, y tiene trabajo estable, en una empresa en la cual le pagan sueldo, aguinaldo, vacaciones y cargas sociales, una empresa en la que le otorgan días por exámenes y que si tiene un hijo cuenta con 45 días antes y 45 días después del parto, seguramente esa situación no cambiará. Si lo o la despiden porque se cierra el diario o porque hay una crisis y despiden gente, podrá tardar uno, dos o tres meses, pero acabará en una empresa con aguinaldo, vacaciones, sueldo y beneficios sociales. Vea a su alrededor y pregunte a los compañeros periodistas asalariados si alguno de ellos llegó a ser definitivamente un marginado.

En la casta inferior están los parias. Son colaboradores eternos. Pueden hacer las mejores notas, pueden cubrir lo que nadie se anima a cubrir, pueden tener muchas necesidades y más recursos profesionales que ninguno. Sin embargo, a la hora de contratar un empleado estable y en blanco, optarán por uno de los estables, tenga o no trabajo actualmente.

Lo más curioso es que a veces cuesta creerlo. Sin embargo, vale la pena hacer un seguimiento de los que por distintos y muy conocidos motivos se han quedado sin empleo estable. Hay que seguir la línea de los despedidos de Terra y ver dónde está ahora la mayoría. ¿Son colaboradores? No, tienen un sueldo, en alguna otra parte.

En cambio, un colaborador, por más que tenga la primicia del siglo o que escriba de tal manera que con su nota sólo tiene que trabajar el que hace la plancha de impresión, jamás tendrá un sueldo. Está condenado a ser un colaborador. Si por casualidad una empresa contrata a un head hunter especializado para cubrir un cargo, sólo los que tienen un sueldo pueden aspirar a tener un sueldo. A  los demás, cualquiera sean sus condiciones, se les ofrecerá "hacer un sumario y colaborar". Si alguien tiene dudas, puede charlar un rato con un señor llamado Mauricio Faberman, que de eso sabe mucho. Si es que se anima a contarlo, dado que sigue siendo su negocio.

Los círculos funcionan. El empleado se puede asustar, según cómo ande la oferta en relación a la demanda laboral. Pero sabe que su futuro no será colaborar. El que es colaborador, sabe que puede escribir una revista completa todos los meses, pero si tienen que pagar un sueldo, será a alguien que tendrá alguna función, en la misma revista.

Algunos ejemplos son burdos. Entre un diario comercial de la ciudad de Buenos Aires y uno de los diarios de mayor circulación, hay empleados de uno que escriben en el otro y nadie se sorprende. Mientras, si un colaborador llega a las 23 notas en un año, lo suspenden para que no sea "permanente".

Otro caso: Desde que el kirchnerismo se hizo cargo del gobierno y a partir del momento en el cual decidió impulsar la creación y el fortalecimiento de medios que ampliaran la pluralidad de voces frente a los oligopolios de prensa, se reformularon las programaciones de canal 7, Radio Nacional y luego aparecieron El Argentino, Tiempo Argentino y ahora la radio AM 750. Un desafío: Haga el cruce de nombres y se encontrará con que entre Página 12-Radio Nacional - El Argentino - Miradas al Sur - Tiempo Argentino - Radio AM 750, se repiten obscenamente los nombres. Los empleados deben ser empleados, los marginados y precarizados deben mantenerse como marginados y precarizados. Como máximo, la generosidad les permite pedirles un sumario para que escriban alguna nota o preparen alguna columna.

Del otro lado, entre los medios concentrados, la historia es más original: Desde siempre el periodista que tiene empleo debe ser disputado y sacado de su medio para pasar a otro. Si hay recortes, alguien de otra empresa lo tomará como empleado. Jamás a un colaborador, ni siquiera para que sea considerado colaborador permanente.

Así funciona el sistema. Créase o no.

No es cuestión de provocar tensiones entre unos y otros, pero es bueno que el periodista mire a su alrededor, para que vea a qué círculo pertenece. De eso depende gran parte de su futuro, o de su no-futuro.



3 comentarios:

Sujeto de la Historia dijo...

Hola Ruben
Imposible leer en esto algo "anti-sindical", queda muy claramente expuesto lo que decís. Y es de lamentar.
Un Abrazo

Alicia Villoldo-Botana dijo...

Te escribe una paria, eterna colaboradora. Tenés toda la razón del mundo y de "anti-sindical" no tiene nada tu nota. Por ejemplo, a la dirigencia de la UTPBA les importa un huevo los colaboradores. Cuando yo estaba llegando a las dichosas 24, en Crítica o en el ex Crítica, como te guste, mis editores me avisaron compungidos que no podía colaborar más. Entonces, acudía al sindicato y nadie supo decirme más que "dejá de colaborar tres meses y después volvés otra vez a la carga, no hay otra". A lo mejor, con la lista de Osvaldo Bayer las cosas cambian...
Saludos cordiales,
Alicia Villoldo-Botana
(a veces pienso que pertenecer a la estirpe Botana no me ayuda mucho que digamos)

Rubén Levenberg dijo...

Gracias Sujeto, un abrazo.

Gracias también Alicia, la de los apellidos honrosos. Es cierto, la lista de Bayer puede ayudar. De hecho vino a refrescar el gremio de prensa, que dejó de ser un gremio y pasó a ser una ONG con un proyecto político propio, que no se ocupa de los trabajadores que dice representar. A no aflojar, que tenemos que cambiar la UTPBA. No te pierdas.