Uno lee muchos blogs, algunos de colegas con los que coincide o no, con los que se lleva bien, o mal, o no se lleva. Entre todos ellos, a veces paso por el que escribe el periodista Gerardo Fernández, que hace su Tirando al Medio. Extracto una nota en la que relata una escena de Nelson Castro -todavía considerado por algunos como un profesional serio, tal vez porque jamás sonríe- con la famosa diputada que nunca denunció lo que dijo que iba a denunciar. Si no fuera en serio, uno podría pensar que lo vió en el Agente 86, pero fue en TN y muestra cómo no se debe hacer periodismo:
La escena es más o menos así: La diputada radical Elsa Alvarez le dice a Nelson Castro en TN que en realidad no padeció "aprietes", y el conductor (sin escucharla) dice "hay que denunciar estos aprietes". La diputada dice que en concreto no le ofrecieron nada y Castro (sin escucharla nuevamente) le exige que denuncie qué ofertas recibió...
No es un diálogo de sordos. Es sencillamente una muestra fulgurante de cuál es el problema del espectro opositor en estos días. Nelson Castro (Clarín) sienta frente a sí a una ignota diputada que nunca antes ni después tendrá la exposición mediática de esta semana. La sienta frente a sí, la muestra, la exhibe en cámara para que la audiencia compruebe que existe, para que se la vea, del resto se encarga él. Castro (Clarín) ya tiene armado el bloque, ya tiene la conclusión extraída, ya tiene todo pensado. Lo que diga la diputada es lo de menos. Lo vital es montar un escenario para ratificar que el polémico gobierno nacional, en pos de sancionar su controvertido proyecto de presupuesto no vacilará en recurrir a todo tipo de artimañas con tal de aprobarlo para facilitarse así el manejo discrecional de la caja.
La diputada intenta decir que bueno, que en realidad la sondearon, pero eso ya no es noticia. La noticia es que "fue sobornada y apretada" ¿y quién dijo que los hechos fueron así? Clarín y Elisa Carrió, así de simple. El resto es lo de menos, no importa. Después la diputada seguramente pagará costos elevados por haber quedado en el medio de una operación, por terminar apareciendo como el pato de la boda, e incluso si intenta aclarar o desmentir dichos que se atribuyen lo más probable es que su gacetilla o sus dichos nunca sean publicados. Lo importante para Clarín es que ya construyó un escenario, o mejor dicho "su escenario"
Para leer la nota completa: Entrar a Tirando al Medio
1 comentario:
Hola Rubén
Vi lo que relatás. Daba vergüenza ajena el ninguneo que le hacía a la diputada, no le daba ni 5 de bola a lo que decía, sino que seguía firme con su libreto predigerido. Encima, la diputada tenía menos manejo mediático que yo.
Digno de Piñón Fijo, aunque no se ría nunca.
Un Abrazo
Publicar un comentario