Allá por los años 80 cuando los medios se estaban reconvirtiendo, el periodismo parecía resurgir de sus cenizas luego de más de un centenar de desaparecidos, la censura y las persecuciones de la dictadura. En estos primeros once años del siglo XXI el periodismo no sufre secuestros ni golpes de Estado sino de la desocupación más brutal que jamás haya azotado al gremio. Con la desocupación y la concentración de medios que se produjo durante los años 90, vienen también el maltrato, la persecución, la censura, los despidos y la humillación de los periodistas por parte de las empresas. ¿Nace una clase de lúmpenes ilustrados?
No hace falta decir que durante los años 90 y parte de la primera década de este siglo los multimedios fueron comprándose unos a otros, ellos a los más pequeños y las grandes empresas financieras internacionales compraron a su vez, total o parcialmente, a los grandes conglomerados argentinos, situación que se replica en toda América latina, como bien saben los gobiernos del Brasil, Venezuela y Ecuador.
Finalizado el proceso de reconversión y concentración, les tocó el turno a los profesionales del periodismo, que siguieron el camino de los trabajadores gráficos, los de radio y los de TV. En un país en el que el empleo crece y se blanquea, en periodimo el empleo cae y se precariza abruptamente.
Dicho en palabras sencillas: Cada vez hay más trabajo para todos y menos trabajo para los periodistas. Y cuando hay trabajo para un periodista, es una ocupación precaria, temporal, a destajo o trabajo en negro encubierto bajo el formato de “colaboraciones”. Los periodistas recorren las redacciones y los contactos pidiendo trabajo y no lo consiguen.
En la mayoría de las provincias de la Argentina, aunque hay mejores condiciones porque tienen sindicatos de prensa que a pesar de todo llevan adelante su lucha, la situación se repite porque la concentración hizo que los pequeños y grandes medios provinciales pasaran a propiedad de los grandes multimedios nacionales. En la ciudad de Buenos Aires y en el gran Buenos Aires (El Conurbano, como se lo conoce), jurisdicción de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), la situación de los periodistas es más desesperante. La razón: Es el lugar físico y político donde se concentran los multimedios dueños de los medios de las otras provincias y no hay una fuerza sindical articulada.
La situación de los periodistas termina retrocediendo en la segunda década del siglo XXI a las condiciones laborales del siglo XIX. Dos denuncias sirven como botón de muestra, por usar un lugar común: El video que muestra el maltrato, la burla y el desprecio con el que una dueña del diario Hoy de La Plata trató a un grupo de periodistas. El otro caso es el de los periodistas mendocinos que acaban de denunciar también despidos y maltratos por parte de los empresarios.
En la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano el maltrato y los despidos también se producen ya no con cuentagotas y los que no son despedidos son empujados hacia la tercerización y el empleo precario. El trato despectivo se produce diariamente y las comisiones internas de las empresas hacen las denuncias, que nadie escucha porque los medios no reproducen tales noticias y porque no hay una defensa gremial articulada. Se ha hecho algo común encontrarse con periodistas que sufren enfermedades físicas y psíquicas por el stress que produce la desocupación, o bien la sobreocupación precaria, o el maltrato de jefes y empresarios que han hecho de la frase “tengo acá afuera una cola de periodistas dispuestos a hacer tu trabajo por la mitad de la plata” casi una declaración de principios, o de no principios.
Dos casos
Como los diarios y otros medios no cuentan estas situaciones, reproducimos a continuación dos notas publicadas por la Corriente por una Comunicación Nacional y Popular, una sobre el maltrato en La Plata y otra sobre el maltrato en Mendoza. El de La Plata fue documentado con una grabación de los insultos de la directiva mencionada en un excelente informe del Colectivo de Trabajadores de Prensa, agrupación opositora en la UTPBA y en Mendoza, por las denuncias de los gremialistas locales.
Como los diarios y otros medios no cuentan estas situaciones, reproducimos a continuación dos notas publicadas por la Corriente por una Comunicación Nacional y Popular, una sobre el maltrato en La Plata y otra sobre el maltrato en Mendoza. El de La Plata fue documentado con una grabación de los insultos de la directiva mencionada en un excelente informe del Colectivo de Trabajadores de Prensa, agrupación opositora en la UTPBA y en Mendoza, por las denuncias de los gremialistas locales.
En La Plata, la información, que ya hemos publicado en Prensa y Etica, señala:
-Los trabajadores del diario Hoy sufren la precarización laboral, el incumplimiento de los convenios colectivos y un continuo maltrato de su directora. Un audio confirma los abusos contra los periodistas.
La difusión en la web de una grabación que registra los maltratos de la directora de diario Hoy, Myriam René Chávez de Balcedo, a un redactor despedido (de manera arbitraria) puso de manifiesto las condiciones laborales en las que deben desempeñarse los periodistas del multimedio.
Las denuncias, que se acumulan desde hace tiempo, no se limitan a agresiones verbales por parte de la mandamás del grupo; incluyen la precarización laboral y un impune incumplimiento del Estatuto del Periodista y el Convenio Colectivo.
“No hay más francos. Hasta que lo diga yo. Es más, quiero que alguno de ustedes se aburra así se va. No va a haber franco. Uno solo. Nunca más. Hasta que empiecen a ser periodistas en serio, cosa que les falta un abismo. ¡Un abismo les falta!”, se le escucha vociferar a la ‘señora’ en el audio colgado por el “Colectivo de Trabajadores de Prensa” de La Plata.
Según revelaron a la página de la CCNP desde la organización sindical, el medio asumió desde hace varios años una conducta de total desprecio hacia los derechos de sus empleados.
Paradójicamente, el crecimiento económico que experimentó la empresa no fue acompañado con una mejora en las condiciones de trabajo que ofrece el medio a sus periodistas. No sólo hubiera sido lo correcto, sino también lo más lógico. Aunque, Chávez de Balcedo y su círculo íntimo entendieron que lo más provechoso era tomar el camino contrario.
Se obligó así a pasar a la categoría de monotributistas a los trabajadores que tenían años de servicio en el medio y se empezó a contratar bajo los mismos términos al resto. El objetivo fue siempre claro: limitar los derechos de los trabajadores, y el argumento para hacerlo siempre el mismo: cualquier periodista es prescindible porque sobra la oferta de mano de obra.
“El desprecio por la profesión es total. Se evidencia en el audio de Chávez de Balcedo, pero es una constante en varios medios de la ciudad”, contó una de las integrantes del espacio que reúne a los trabajadores de prensa que, entre otras medidas, realizaron varias protestas frente a las instalaciones de Hoy.
El diario local, uno de los dos más reconocidos de la capital bonaerense, ostenta un promedio de un despido por mes (algo así como 60 en 5 años).
Además de sueldos bajísimos (que rondan los 1800 pesos, casi el mismo monto que la pasantía que puede percibir un joven en su primer año de carrera), por su condición de monotributistas los empleados no cuentan con beneficios como vacaciones pagas, aguinaldos ni pagos dobles en feriados.
A todo eso, se le suman el maltrato y las agresiones provenientes desde la Dirección. El material sonoro dado a conocer al público es una muestra cabal de lo que deben padecer los comunicadores del diario Hoy y afines (el sitio web y la FM Red 92.1).
Exhibiendo una suerte de impunidad, amparada en la falta de controles severos por parte de los propios sindicatos de prensa, pero también en la situación que la coloca el mercado laboral, la ‘señora’ Chávez de Balcedo se pasea por la redacción propinando descalificaciones como las que se registraron mientras despedía a un redactor.
“No voy a seguir más hasta que no aprendan a ser periodistas (…) Usted es un empleado. Usted cree que porque yo me siento con usted ‘face to face’ tiene la confianza. ¿Usted siente que es un par mío? (…) Yo me siento con ustedes porque realmente a veces ustedes me dan terror. ¿Entiende? Terror me dan. Entonces no puedo permitir, pese a todas mis tareas, que se confundan tanto y que salga al otro día impreso”, se despacha la empresaria.
Mientras que en otro tramo de su autoritario monólogo sostiene: “Al que no le gusta se va. Yo no los tengo encadenados. Yo no tengo a nadie encadenado. ¿Les digo, por favor, quédense? ¿Están acá con una condena? Para nada. Haga juicio, si me puede ganar. Júntese enfrente, toque el tambor: haga lo que quiera. Pero usted va a discutir no de igual… bah… el día que sea periodista enserio. Le falta un abismo”.
Las diatribas, sin embargo, no son solo contra sus contratados. La CEO va incluso más allá y lleva su desprecio hasta las propios instituciones formadoras de profesionales. En este caso, la Facultad Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Con la misma irresponsabilidad con que maneja un medio, califica a una de las casas de altos estudios más prestigiosas del país como una “escuelita pedorra”.
“No sé de dónde sacaron… de esa escuelita pedorra, donde fueron. Acaban de darle la mayor ofensa, darle un premio a la libertad a un loco como Chávez. Y el decano de esa facultad (…) Claro, porque usted no vivió. De esa escuelita… por favor, lea la historia, de esa escuelita salía la gente de la primaria y yo tengo conocidos por la edad, se metían ahí como un secundario. Porque los profesores… Habrá alguna honrosa excepción, alguna: es una escuelita. Y además ustedes no son autodidactas, porque le pueden dar un formato mínimo, de escribir. Y después ustedes se llenan, se nutren, cotidianamente de cosas, tal vez, con amor a la profesión, sean periodistas, pero así no ¿Saliendo de esa escuelita? No leen los diarios ustedes. Váyase nomás”.
Se obligó así a pasar a la categoría de monotributistas a los trabajadores que tenían años de servicio en el medio y se empezó a contratar bajo los mismos términos al resto. El objetivo fue siempre claro: limitar los derechos de los trabajadores, y el argumento para hacerlo siempre el mismo: cualquier periodista es prescindible porque sobra la oferta de mano de obra.
“El desprecio por la profesión es total. Se evidencia en el audio de Chávez de Balcedo, pero es una constante en varios medios de la ciudad”, contó una de las integrantes del espacio que reúne a los trabajadores de prensa que, entre otras medidas, realizaron varias protestas frente a las instalaciones de Hoy.
El diario local, uno de los dos más reconocidos de la capital bonaerense, ostenta un promedio de un despido por mes (algo así como 60 en 5 años). Además de sueldos bajísimos (que rondan los 1800 pesos, casi el mismo monto que la pasantía que puede percibir un joven en su primer año de carrera), por su condición de monotributistas los empleados no cuentan con beneficios como vacaciones pagas, aguinaldos ni pagos dobles en feriados.
En cuanto a Mendoza, la información difundida por la CCNP es la siguiente:
-Los trabajadores del diario Hoy sufren la precarización laboral, el incumplimiento de los convenios colectivos y un continuo maltrato de su directora. Un audio confirma los abusos contra los periodistas.
La difusión en la web de una grabación que registra los maltratos de la directora de diario Hoy, Myriam René Chávez de Balcedo, a un redactor despedido (de manera arbitraria) puso de manifiesto las condiciones laborales en las que deben desempeñarse los periodistas del multimedio.
Las denuncias, que se acumulan desde hace tiempo, no se limitan a agresiones verbales por parte de la mandamás del grupo; incluyen la precarización laboral y un impune incumplimiento del Estatuto del Periodista y el Convenio Colectivo.
“No hay más francos. Hasta que lo diga yo. Es más, quiero que alguno de ustedes se aburra así se va. No va a haber franco. Uno solo. Nunca más. Hasta que empiecen a ser periodistas en serio, cosa que les falta un abismo. ¡Un abismo les falta!”, se le escucha vociferar a la ‘señora’ en el audio colgado por el “Colectivo de Trabajadores de Prensa” de La Plata.
Según revelaron a la página de la CCNP desde la organización sindical, el medio asumió desde hace varios años una conducta de total desprecio hacia los derechos de sus empleados.
Paradójicamente, el crecimiento económico que experimentó la empresa no fue acompañado con una mejora en las condiciones de trabajo que ofrece el medio a sus periodistas. No sólo hubiera sido lo correcto, sino también lo más lógico. Aunque, Chávez de Balcedo y su círculo íntimo entendieron que lo más provechoso era tomar el camino contrario.
Se obligó así a pasar a la categoría de monotributistas a los trabajadores que tenían años de servicio en el medio y se empezó a contratar bajo los mismos términos al resto. El objetivo fue siempre claro: limitar los derechos de los trabajadores, y el argumento para hacerlo siempre el mismo: cualquier periodista es prescindible porque sobra la oferta de mano de obra.
“El desprecio por la profesión es total. Se evidencia en el audio de Chávez de Balcedo, pero es una constante en varios medios de la ciudad”, contó una de las integrantes del espacio que reúne a los trabajadores de prensa que, entre otras medidas, realizaron varias protestas frente a las instalaciones de Hoy.
El diario local, uno de los dos más reconocidos de la capital bonaerense, ostenta un promedio de un despido por mes (algo así como 60 en 5 años).
Además de sueldos bajísimos (que rondan los 1800 pesos, casi el mismo monto que la pasantía que puede percibir un joven en su primer año de carrera), por su condición de monotributistas los empleados no cuentan con beneficios como vacaciones pagas, aguinaldos ni pagos dobles en feriados.
A todo eso, se le suman el maltrato y las agresiones provenientes desde la Dirección. El material sonoro dado a conocer al público es una muestra cabal de lo que deben padecer los comunicadores del diario Hoy y afines (el sitio web y la FM Red 92.1).
Exhibiendo una suerte de impunidad, amparada en la falta de controles severos por parte de los propios sindicatos de prensa, pero también en la situación que la coloca el mercado laboral, la ‘señora’ Chávez de Balcedo se pasea por la redacción propinando descalificaciones como las que se registraron mientras despedía a un redactor.
“No voy a seguir más hasta que no aprendan a ser periodistas (…) Usted es un empleado. Usted cree que porque yo me siento con usted ‘face to face’ tiene la confianza. ¿Usted siente que es un par mío? (…) Yo me siento con ustedes porque realmente a veces ustedes me dan terror. ¿Entiende? Terror me dan. Entonces no puedo permitir, pese a todas mis tareas, que se confundan tanto y que salga al otro día impreso”, se despacha la empresaria.
Mientras que en otro tramo de su autoritario monólogo sostiene: “Al que no le gusta se va. Yo no los tengo encadenados. Yo no tengo a nadie encadenado. ¿Les digo, por favor, quédense? ¿Están acá con una condena? Para nada. Haga juicio, si me puede ganar. Júntese enfrente, toque el tambor: haga lo que quiera. Pero usted va a discutir no de igual… bah… el día que sea periodista enserio. Le falta un abismo”.
Las diatribas, sin embargo, no son solo contra sus contratados. La CEO va incluso más allá y lleva su desprecio hasta las propios instituciones formadoras de profesionales. En este caso, la Facultad Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Con la misma irresponsabilidad con que maneja un medio, califica a una de las casas de altos estudios más prestigiosas del país como una “escuelita pedorra”.
“No sé de dónde sacaron… de esa escuelita pedorra, donde fueron. Acaban de darle la mayor ofensa, darle un premio a la libertad a un loco como Chávez. Y el decano de esa facultad (…) Claro, porque usted no vivió. De esa escuelita… por favor, lea la historia, de esa escuelita salía la gente de la primaria y yo tengo conocidos por la edad, se metían ahí como un secundario. Porque los profesores… Habrá alguna honrosa excepción, alguna: es una escuelita. Y además ustedes no son autodidactas, porque le pueden dar un formato mínimo, de escribir. Y después ustedes se llenan, se nutren, cotidianamente de cosas, tal vez, con amor a la profesión, sean periodistas, pero así no ¿Saliendo de esa escuelita? No leen los diarios ustedes. Váyase nomás”.
Se obligó así a pasar a la categoría de monotributistas a los trabajadores que tenían años de servicio en el medio y se empezó a contratar bajo los mismos términos al resto. El objetivo fue siempre claro: limitar los derechos de los trabajadores, y el argumento para hacerlo siempre el mismo: cualquier periodista es prescindible porque sobra la oferta de mano de obra.
“El desprecio por la profesión es total. Se evidencia en el audio de Chávez de Balcedo, pero es una constante en varios medios de la ciudad”, contó una de las integrantes del espacio que reúne a los trabajadores de prensa que, entre otras medidas, realizaron varias protestas frente a las instalaciones de Hoy.
El diario local, uno de los dos más reconocidos de la capital bonaerense, ostenta un promedio de un despido por mes (algo así como 60 en 5 años). Además de sueldos bajísimos (que rondan los 1800 pesos, casi el mismo monto que la pasantía que puede percibir un joven en su primer año de carrera), por su condición de monotributistas los empleados no cuentan con beneficios como vacaciones pagas, aguinaldos ni pagos dobles en feriados.
En cuanto a Mendoza, la información difundida por la CCNP es la siguiente:
La Corriente por una Comunicación Nacional y Popular de Mendoza manifestó su rechazo a la situación de precariedad -física y legal- en la que se ven obligados a trabajar muchos periodistas de la provincia y adhirieron al reclamo por el cumplimiento efectivo de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
“Lo hacemos dejando explícito que participamos de la misma como actor político relacionado al ámbito de los medios de comunicación, pero dejando en claro que no pretendemos entorpecer desde nuestra posición la autonomía de los trabajadores prensa”, expresaron desde el sector.
Al tiempo que remarcaron que “la CCNP apoya, de antemano, toda medida relativa a los intereses de los trabajadores, que creemos contenidos dentro del Proyecto Nacional y Popular; y toda acción acordada por la asamblea. Así mismo pone a disposición de la Asamblea de trabajadores de prensa los medios de comunicación que articulan con la Corriente en beneficio de la visibilización de la problemática por la que pasan los compañeros comunicadores”-
Mediante un comunicado, los representantes del espacio también repudiaron “las últimas acciones del sector patronal, hegemonizados en su mayoría por multimedios y monopolios locales y nacionales”, al considerar que “afectan claramente la dignidad de los trabajadores de prensa”.
“A través de despidos continuos, presión sobre el normal desarrollo de la profesión, persecución de las asambleas internas de los medios, desconocimiento de los convenios colectivos de trabajo que regulan las relaciones laborales del sector, entre otras prácticas relacionadas directamente con la libertad empresarial, y contrarias en todo sentido con la tan discutida libertad de prensa”, reza el escrito.
En otro tramo del texto se detalla además que: “En lo particular, que ningún convenio colectivo de trabajo, puede suponer perjuicios superiores a los anteriormente firmados entre el sector empresarial y la representación de los trabajadores, y menos aún de la propia ley de contrato de Trabajo”.
“La firma, y convenio, y/o acuerdo, como así también inacción y/o omisión, entre la representación sindical y los multimedios marca un peligroso antecedente que puede afectar al conjunto de los trabajadores del sector. Reconociendo que los acuerdos por empresa deslegitiman toda discusión colectiva del sector siendo funcionales a los intereses de los multimedios y reproduciendo la lógica de flexibilización laboral del neoliberalismo de los 90”, se expresa.
Al igual que en otras provincias, en Mendoza se mantiene la resistencia de distintos grupos mediáticos (con el pool Vila-Manzano a la cabeza) a la aplicación plena de la Ley de Medios.
Sobre este punto, en el escrito firmado por Ernesto Espeche y Guillermo Maessen, la Corriente mendocina ratificó su “compromiso irrestricto con la sanción y aplicación” de la normativa, y recordó que su “espíritu promueve el contralor de los multimedios y la desarticulación de los monopolios, en clara alusión a la democratización de los medios de comunicación, la mejora de la práctica y los derechos de los trabajadores del sector”
2 comentarios:
Qué lástima, adónde estamos llegando... Aquí en España algunas organizaciones de periodistas quiere que se apruebe un estatuto del periodista. ¿Te parece que puede ser útil? Muchas gracias.
Supongo que puede servir, pero hay que ver quiénes lo impulsan, para qué, con qué relación de fuerzas cuentan los periodistas respecto de los empresarios. En fin, aquí hay un estatuto que viene de 1948 y es bastante bueno, pero por aquellos tiempos no tenían muy claro el problema de la precarización. Hoy hay quienes creemos que hay que cambiarlo -somos pocos- y quienes dicen "claro, aceptamos cambiarlo para eso y terminamos perdiendo lo que ya tenemos"...todo un debate.
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