Frases de cabecera

-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.

julio 25, 2011

Nunca subestimes a un payaso

Corrían tiempos de otro retorno, esta vez ya sin Juan Domingo Perón. Era 1988 y las dos alas de lo que había sido la renovación peronista se enfrentaron en una elección interna para definir quién sería el candidato presidencial del Partido Justicialista.

Antonio Cafiero era para la opinión pública el gran ganador, un hombre histórico del justicialismo que había surgido como lider de la renovación rodeado de un grupo de jefes zonales y regionales al que se denominaba "la Cafieradora". Del otro lado había un oscuro gobernador de La Rioja, exótico, con largas patillas y dificultades muy serias para expresarse, que contaba con un gran carisma y simpatía, por lo cual se había ganado el apodo de "payaso" en la interna peronista.

Hete aquí que en cierta oportunidad, don Antonio Cafiero fue visitado por un menos simpático jefe comunal de Lomas de Zamora quien le dijo sin demasiadas vueltas que quería ser su precandidato a vicepresidente y que lo haría ganar. Cafiero rió y rechazó de plano la propuesta, a lo que el visitante, Eduardo Duhalde, respondió que entonces se iría con el otro precandidato. "Que se vaya con el payaso", dijo Cafiero a sus colaboradores.

Duhalde se fue con el "payaso", Cafiero eligió como compañero de fórmula al cordobés José de la Sota, por entonces uno de los líderes prometedores de la "cafieradora" y llegadas las internas, el PJ tuvo a su candidato. Cafiero terminó como secretario de la bancada justicialista de senadores y luego embajador en Chile, mientras que de la Sota pegó una voltereta política, como para agraciarse con el "payaso" y entró por la variante. El "payaso" gobernó diez años, destruyó o vendió a precio vil los recursos del país y armó una estructura que permitió la más grande concentración de medios de comunicación masiva de la historia y tal vez del mundo si se la toma proporcionalmente.

El "payaso" gobernó o desgobernó la Argentina y sus dislates fueron tomados por la prensa como parte de un gran acto circense, que hizo decir una vez en la redacción de Página 12 al entonces sub director Ernesto Tiffenberg, frente a uno de los tantos escándalos, que "nosotros publicamos las barbaridades que hace y él con cada página, se mata de risa y gana 150.000 votos más". No hay que subestimar a los payasos cuando están en el circo. Cuando están afuera de su ámbito natural de trabajo, menos aún.

1 comentario:

Sujeto dijo...

Brillante, Rubén.
Debe ser por eso que los payasos nunca me gustaron...

Abrazo