(…) En el ámbito de las políticas públicas de comunicación, especialmente en el de aquellas de carácter industrial dirigidas al sistema televisivo, las premisas neoliberales consiguieron asentarse con solidez gracias al fracaso del proyecto de alta definición, que había contado con una elevada implicación tanto de las administraciones nacionales como de la comunitaria. En el caso de la digitalización de la televisión terrestre, tanto la celeridad con la que debía afrontarse su implantación – para evitar perder competitividad frente a otras plataformas o quedar atrás en la carrera internacional – como las notables inversiones que el proyecto requería condicionaron notablemente la acción inicial de las administraciones públicas. Prueba de ello es que los tres estados europeos pioneros en el lanzamiento de la TDT – el Reino Unido (1998), Suecia (1999) y España (2000) – optaron por otorgar el liderazgo de la implantación a los agentes del sector y favorecieron la creación de modelos de negocio de pago similares a los que habían resultado exitosos en el satélite.
Sin embargo, en los tres casos mencionados pronto surgieron dificultades que confirmaron que la digitalización de la plataforma terrestre sería más compleja y más prolongada de lo esperado. Se demostraba que los agentes del mercado no eran capaces ni de solventar por si mismos todos los obstáculos que surgían ni de internalizar los costes del proceso. De esa manera, no sólo peligraba la consecución de los beneficios vinculados a la digitalización sino que una implantación de la TDT mal encauzada tenía el riesgo de afectar negativamente a cuestiones como el servicio público, el servicio universal, el pluralismo, la diversidad o la calidad de la oferta. Es decir, la digitalización podía llegar a mermar la contribución de la televisión terrestre al interés general.
Tal situación obligó a los gobiernos a replantearse su rol en la transición analógico-digital de la plataforma hertziana. De hecho, se cambiaron las tornas y los propios agentes del mercado reclamaban a la administración pública que asumiese la responsabilidad de definir una hoja de ruta para la implantación de la TDT y que coordinase su ejecución para así crear certidumbre y reconducir la situación. (…)
Fuente: Las Políticas Públicas de la Televisión Digital Terrestre en la Unión Europea
Estudio comparado de Suecia y España. Introducción. Tesis doctoral de Roberto Suárez Candel.
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