Frases de cabecera

-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.

abril 26, 2013

Estudiantes de periodismo: Lo mejor y lo peor

La formación de los periodistas y el rol de las universidades frente a la tarea de los talleres e inclusive de los institutos terciarios no es un tema nuevo de preocupación para quienes tienen algo que ver con los medios masivos de comunicación. Se ha investigado mucho y no es poco lo que se ha escrito y publicado, pero nunca está de más volver sobre el tema. Aquí reproducimos parcialmente una nota de Ambito Financiero que tiene datos muy interesantes.

Pero, ¿para qué sirven las facultades de Comunicación? Hinde Pomeraniec, ex prosecretaria de redacción de la sección El Mundo en Clarín, cree que existe una confusión entre dos potenciales salidas laborales. "Una cosa es escribir en un diario y otra es estudiar para hacer análisis de medios, como hace (la panelista de "678") Mariana Moyano. Lo que La Plata está formando son cuadros, no profesionales", se lamenta. Sin embargo, Pomeraniec distingue entre la UNLP y la Universidad de Buenos Aires, "más independiente de la gestión y con otro perfil público".

Guido Braslavsky, profesor del taller de periodismo de la carrera de Comunicación de la UBA y cronista de Clarín desde 1997, se inscribe en esa línea. "Las universidades brindan una formación ideológica que va más allá de la mera práctica. En ese sentido, el 'periodismo militante' que alientan algunas facultades es una de las grandes vergüenzas de la profesión", dispara. También revela su estrategia frente a las nuevas camadas de futuros cronistas. "Como docente soy muy crítico con respecto a esta idea que hay dentro de la UBA respecto de los medios masivos. Yo quiero alumnos que salgan de la facultad y se sientan parte de esos medios, no que los critiquen desde afuera", dice. La UBA tiene otros problemas (por caso, su plan de estudios data de la década del ochenta), pero las fuentes consultadas coinciden en destacar la mayor autonomía relativa de esta casa de altos estudios, que en 2011 contaba con más de 15 mil estudiantes.

Desde el decanato de la Austral, Grillo encuentra otro problema: "A los chicos de periodismo les gustaría trabajar de lo que les gusta, pero cuesta. Tal vez no estemos consiguiendo tantas pasantías como quisiéramos, pero esta dificultad nace de la situación que están viviendo los medios". 
Fernando Ruiz, profesor de la materia Periodismo y Democracia en la Austral, cree que la mayor parte de sus estudiantes terminarán en publicidad, marketing o en una ONG. Sin embargo, dice, está bien que sea así, y argumenta su postura con un tiro por elevación a los terciarios. "No somos aquellas escuelas que sacan cien periodistas por año y que el mercado después no puede absorber", sostiene, mientras el comedor del campus de Pilar se llena de adolescentes. Sin embargo, los editores de los principales diarios nacionales tienen otra teoría.

Para sus pasantías en las secciones Política, Sociedad e Internacionales, Página/12 elige desde hace varios años entre estudiantes avanzados de la UBA (también trajo, durante un tiempo, a estudiantes de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora). El diario Clarín, que tiene su propio Máster de Periodismo junto a la Universidad de San Andrés, se lleva pocos egresados de la UDESA a su redacción (a quienes luego les paga, como pasantes, sueldos inferiores a lo que sale la cuota mensual del máster). Muchas de las incorporaciones de los últimos años, paradójicamente, provienen de la UBA o de la propia Universidad de La Plata.


Un editor de un diario insospechado de kirchnerista que hace tiempo está encargado de tomar pasantes o redactores define: "Lo que me interesa es un periodista crítico, que comprenda preocupaciones sociales, que vea venir la noticia. Debo decir que ello lo encuentro en las universidades públicas más que en las privadas. Lo digo sin preconceptos. Entre un ingresante politizado y uno que no está enterado de lo que pasa, prefiero al primero. Eso sí, fanáticos, abstenerse".


Alejandro Kaufman
, docente y ex director de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, cree que el tema con los institutos privados de periodismo es que arman su oferta en torno a cuestiones prácticas, "algo que puede aprenderse rápidamente en una redacción". "La diferencia entre aquello y las universidades públicas es la profundidad conceptual, académica, que es, al fin de cuentas, lo que vale la pena obtener en la universidad". Kaufman va más allá de las propuestas de TEA, ETER o cualquier otro instituto dedicado a formar "cronistas prácticos" para el mercado y extiende su hipótesis a las carreras de las universidades privadas de Comunicación Social, como la Austral o San Andrés. "Y no es una cuestión de antigüedad, porque la carrera de Comunicación en la UBA también es relativamente nueva: es el espacio político y simbólico que permite formar alumnos de determinada manera. La UBA tiene un pluralismo que ninguna otra universidad puede reproducir, desde Alejandro Alfie hasta Eduardo Aliverti, pasando por gente de La Nación o Clarín. Otras universidades no pueden competir con este humus, esta sedimentación de capas de sentido". 
Decía Jesús Martín-Barbero: "Yo no puedo formar a un periodista neutro que sabe muy bien escribir un lead, que sabe responder a las viejas prácticas periodísticas. Aquí también necesitamos de los otros: de profesionales que tengan un mínimo de herramientas para poder ubicarse en esta sociedad y, que sin ser maniqueos, sepan realmente que hay intereses colectivos e intereses privados, que hay intereses en la guerra y hay intereses en la paz". Con la guerra, Martín-Barbero se refería a la delicada situación política de Colombia, pero la metáfora bien vale para el actual enfrentamiento entre el Gobierno nacional y los medios privados. Frente a este escenario, los editores parecen seguir apostando a las herramientas críticas que observan en los egresados de las universidades públicas. 


@fedebillie
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