Uno de los debates mundiales sobre la función de los medios es si directamente tienen que tomar partido o si deben mantener cierta distancia respecto de los grupos políticos. En la Argentina el debate se cruza con la participación casi explícita de los grupos multimediáticos en las campañas y en muchos casos en el uso de su capacidad para fijar la agenda pública como una herramienta para imponer un candidato o destruir a otro. Javier Darío Restrepo, un especialista en ética periodística, fue entrevistado por el diario peruano La República y allí dijo entre otras cosas que “Un periódico que sale con propaganda a favor de un candidato sólo sirve para envolver zapatos, no para hacer historia”. En la Argentina no se envuelven zapatos con los diarios, pero es muy conocida la frase de los viejos periodistas cuando intentan frenar la soberbia de algún principiante que se considera importante porque entrevista a un ministro o a un empresario: "Tu nota de hoy, mañana se va a usar para envolver huevos".
Por Flor Huilca
Son cada vez más frecuentes los conflictos entre medios de comunicación y los gobiernos en la región, ¿cómo podemos explicar estas tensiones?
–El conflicto por la libertad de expresión no es nuevo. En el continente hay un fenómeno político singular debido a presidentes con una concentración muy fuerte de todos los poderes. Llegan con una abundancia de votos, grupos políticos que los apoyan y la conciencia de que la prensa no está bajo su control. Pasa con Hugo Chávez, Rafael Correa, Daniel Ortega y Evo Morales, que buscan la manera de tener bajo control a la prensa, su juez natural. La prensa es el instrumento que tiene la población para equilibrar el poder en una democracia.
–Los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador e incluso Argentina alegan que los medios se han convertido en plataformas opositoras porque buscan su desestabilización política. ¿Qué papel están cumpliendo en esos países?
–La prensa tiene que ser absolutamente clara en que mucho más importante que su propia supervivencia es que la información llegue a la población. La información es el arma que tiene la población para someter a juicio a esos poderes. En todos estos países las poblaciones necesitan la orientación que les da el periodista a través de su conocimiento de la realidad. No es que los periodistas se vayan a convertir en editorialistas, les basta con mostrar los hechos tal como son, situados dentro de un contexto, para que se entienda, sobre todo cuando todos los gobiernos tienden a presentar la realidad de acuerdo con sus intereses.
–Pero en algunos medios prima la propaganda política y no la información veraz...
–Desde luego que uno puede presentar su punto de vista político, pero eso no sirve para nada, por el contrario, se convierte en un peso muerto. El periodista tiene la obligación de controlar su deseo personal porque está al servicio de la verdad, debe mostrar la realidad. No basta con presentar la verdad, hay que mostrarla de modo que la gente te pueda creer.
–Esa obligación a veces se frena por la posición de los medios. ¿En qué se respalda el periodista para cumplir su trabajo?
–Allí tenemos uno de los grandes obstáculos, además de las limitaciones económicas a las que está sometido el periodista. El mayor enemigo de la libertad de expresión en el continente son los malos sueldos. No solo los gobiernos con tendencias totalitarias están impidiendo que llegue una información de calidad a la población, sino también los dueños de medios de comunicación y los propios periodistas que lo consienten. Mientras se mantenga el interés económico como predominante y se tenga bajos sueldos, será imposible que haya libertad de información y, por consiguiente, la sociedad estará siempre sometida a una información manipulada.
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