El 1º de junio de 1977 fue secuestrado y desaparecido el escritor y periodista Roberto Santoro. Memoria, justicia y el recuerdo de algunas de sus palabras:
“Al principio, mis manuscritos entraban por la puerta de las imprentas tradicionales y de ellas salían transformados en libro. Con la excepción de haberlos escrito, yo no tenía nada que ver con la realización. Hasta que me di cuenta de que había que poner manos a la obra. Esto quiere decir: comprar el papel, realizar el armado de las carpetas o de las cajitas de cartón, compaginar la inclusión de hojas escritas y dibujos –los pintores acompañan la tarea, tomar mate mientras se trabaja, es decir, asociarse para derrotar los costos elevados, la mufa de las imprentas. Formar un grupo de trabajo. Todos colaborando con todos”. Las palabras son de Roberto Santoro y fueron publicadas originalmente en una entrevista que en 1973 le hicieron en la revista Rescate. De regalo, un pequeño video con un homenaje que un alma caritativa cargó en la Web y un video de Río Rojo haciendo "Guantanamera" con versos de Santoro.
“Al principio, mis manuscritos entraban por la puerta de las imprentas tradicionales y de ellas salían transformados en libro. Con la excepción de haberlos escrito, yo no tenía nada que ver con la realización. Hasta que me di cuenta de que había que poner manos a la obra. Esto quiere decir: comprar el papel, realizar el armado de las carpetas o de las cajitas de cartón, compaginar la inclusión de hojas escritas y dibujos –los pintores acompañan la tarea, tomar mate mientras se trabaja, es decir, asociarse para derrotar los costos elevados, la mufa de las imprentas. Formar un grupo de trabajo. Todos colaborando con todos”. Las palabras son de Roberto Santoro y fueron publicadas originalmente en una entrevista que en 1973 le hicieron en la revista Rescate. De regalo, un pequeño video con un homenaje que un alma caritativa cargó en la Web y un video de Río Rojo haciendo "Guantanamera" con versos de Santoro.
Roberto Santoro fue secuestrado y desaparecido el 1º de junio de 1977. Periodista y escritor, fue autor de “Oficio desesperado”, “De tango y lo demás”, “El último tranvía”, “Nacimiento de la tierra”, “Pedradas con mi patria”, “En pocas palabras”, “Literatura de la pelota” y muchas otras obras.
En nuestra costumbre de mostrar cómo era la vida corriente de las víctimas de la última dictadura militar, tomaremos un fragmento de una carta que escribiera a su hermano pocos días antes de su secuestro, el 10 de mayo de 1977:
(…) El recuerdo es una aguja permanente que nos está cosiendo y descosiendo el alma. ¿Qué te puedo decir que ya no sepas? Contame cómo es la gente de allí. ¿Hay una esquina como Corrientes y Lambaré? ¿O como San Juan y Boedo? ¿O como Vallese y Donato Alvarez? Cada vez que llego a casa me saludan.
Nos presentamos. Claro, como no estoy casi nunca, a veces no me conocen. Mi hija ya tiene 10 años. Está aprendiendo baile. No es por decir, maestro, pero ya no me dan las tabas, ni un partido de fútbol de solteros contra casados puedo emprende4r. Unicamente cuidando la cueva, podría ser. Parezco un viejo chanta de esos que se paraban en la esquina a contar las aventuras “sensuales” que soñaban. No se rían demasiado.
Estoy hecho un pibe. El futuro me acompaña. Es el amor permanente, fiel, que nunca me abandona. No le pienso dar tregua. Bueno, basta de lata. Dije que no tenía ganas de escribir y quiero parar. Les mando un abrazo grande, grandote, GRANDISIMO. Fraternal, Roberto.
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