La historia del periodismo argentino suele colocar prolijamente bajo la alfombra todo dato y comentario sobre los periódicos que elaboraron los sindicatos y los militantes gremiales desde fines del siglo XIX. Una de las investigadoras que se ha destacado por seguir cuidadosamente esta trama de periódicos generalmente de cuño anarquista, socialista, comunista o sindicalista es Mirta Zaida Lobato, de uno de cuyos libros transcribimos aquí algunos párrafos:
Diarios, periódicos, revistas, folletos y libros son tanto los soportes materiales que posibilitan la lectura como los basamentos del capitalismo impreso y de sus oponentes que adquirieron forma hacia fines del siglo XIX y en los primeros años del siglo XX. En las ciudades de Buenos Aires y Montevideo circularon profusamente publicaciones de todo tipo más o menos conocidas y recordadas en el presente. Grandes diarios como La Nación, La Prensa, Crítica y El Día, re4vistas como La Semana y Caras y Caretas, periódicos o diarios anarquistas como La Protesta, La Vanguardia o Justicia son ampliamente conocidos.
Sin embargo en la virada del siglo XIX al XX circulaban también una gran cantidad de periódicos, diarios y revistas destinada a un público lector específico: los trabajadores. Era una vasta literatura que competía entre sí, estaba separada por diferentes concepciones políticas e ideológicas pero unificada bajo la consigna 'saber es poder'. Conocer era la base de la capacitación del proletariado para la práctica política que lo liberaría de la opresión y del dominio burgués. Los periódicos gremiales tenían un sentido pedagógico y buscaban erradicar los males que introducía en las mentes y la cultura obrera el pensamiento burgués a través de los grandes diarios. Su estudio es crucial en una historia social, cultural y política sensible a la experiencia de las clases trabajadoras.
La prensa gremial comenzó a circular en el Río de la Plata de manera mucho más intensa hacia fines del siglo XIX cuando los trabajadores, en particular los de oficios, se organizaron en sociedades de resistencia y gremios para lograr mejores condiciones de trabajoy de vida , y por el reconocimiento de derechos, algunos claramente establecidos en las Constituciones nacionales de ambos países, como los de libertad de expresión y reunión, pero también de otros como los relacionados con el reconocimiento de las organizaciones gremiales, el derehco de huelga y, sobre todo, el derecho a una vida digna. (...)
Se puede sostener que en la primera mitad del siglo XX la prensa obrera se fue convirtiendo en una herramienta fundamental para construir las identidades de los trabajadores en el Río de la Plata. La lectura como medio de acceso al conocimiento y al placer era considerada crucial por las organizaciones obreras, que la estimularon con sus publicaciones y con la creación de bibliotecas.
Fuente: Lobato, Mirta Zaida. "La prensa obrera". Editorial Edhasa, Buenos Aires, 2009.
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